Gracias al coronavirus y la pandemia mundial, muchos países han tenido que evaluar seria y profundamente sus estructuras de gobierno y realizar cambios, que se ajustan a la realidad de cada país.
El primer dolor de cabeza proviene del sector más afectado: Los pobres en Colombia. Mientras el gobierno propone la entrega de recursos a los más necesitados a través de la banca, los estudios demuestran que un altísimo porcentaje de ellos no tienen cuentas de ahorros, en parte por el costo que se genera por parte de los bancos.
«Los pobres no tienen cuentas
de ahorros en bancos y no están
dispuestos a pagar cuotas de manejo»
No hay manera de hacerles llegar los recursos de manera personal y la bancarización de toda esta población es una tarea que requiere de la ayuda de los bancos y la educación de la comunidad. O sea que estamos un poco distante de esa solución.
En el área de la educación, la situación no es muy alentadora. Mientras los estratos más altos cuentan con servicio de internet y en sus casas al menos existe una computadora, en los estratos 1 y 2 no existen recursos para el pago de un servicio de internet y mucho menos la posibilidad de adquirir equipos que puedan prestarle a los niños la herramienta para continuar sus estudios. La inversión en este campo sería monumental y el gobierno tiene claro que la prioridad es la alimentación y la vida por encima de todo.
«»En los estratos 1 y 2 no hay
presupuesto para pagar internet
y mucho menos una computadora»
La confinación por su parte, mantiene a la economía en jaque, los pequeños y medianos empresarios no encuentran en la banca privada la solución, que supuestamente el gobierno Duque ofreció. Los bancos están creando todo tipo de trabas a los empresarios para la entrega de créditos y las tasas de interés no son lo que espera el gremio de comerciantes.
«Los bancos ponen trabas a los
comerciantes para acceder a
créditos que los ayudaría
a reiniciar la economía»
Por tanto el desempleo se dispara considerablemente y las necesidades de las familias más necesitadas se vuelven en una amenaza para la estabilidad de la población.
En materia de salud la ley 100 está fuera de toda consideración, en definitiva esta experiencia demuestra que nuestro sistema de salud es precario, obsoleto y lleno de vacíos que, en una pandemia como esta, se demuestra que no hay una cobertura real para los colombianos.
La crisis nos está enseñando que el sistema actual que tenemos, no está a la altura de las necesidades. Las cifras del DANE que aseguraban que Colombia estaba en una estabilidad relativa, se cae, al descubrir que esa población que representa casi el 70% de la economía informal, no tienen los recursos para invertir o mantenerse subsistentes por más de dos meses y eso, pone en evidencia que sólo una pequeña parte de la población tiene la capacidad de solventar sus necesidades.
La economía informal es el reflejo
de la ausencia de ofertas de empleo
El Coronavirus nos está dando una lección de vida, nos hace reflexionar sobre el sistema que tenemos y nos obliga a realizar cambios, que desde hace años se ocultaba entre los pasillos del congreso.
Director: Habib Merheg Marún