Así no.
Cometen grave error quienes al marchar o protestar, agreden a los demás y destruyen los bienes propiedad de todos.
Con los medios de comunicación y las redes sociales que hoy tenemos a nuestro servicio, la injusticia y el Dolor pueden tramitarse utilizando la razón y no la acción violenta.
Colombia es un país que a pesar de la tragedia humanitaria que hemos vivido por tantos años de confrontación estúpida, está dando señales de ser capaz de superar sus diferencias civilizadamente.
Indignarse frente a una injusticia es lógico, necesario, pero más útil es conseguir el respaldo de los demás para que nos acompañen a superarla. Y lo que pasó ayer en Bogotá genera pánico y rechazo. No solidaridad.