Por @EscribidorMao
Cuando logramos zafarnos de la corona española, por allá en 1810, cuando un grupo de guerrilleros, entre ellos un tal Simón Bolívar y otro de apellido Santander, montaron sus caballos y recorrieron este potrero para conseguir adeptos a la libertad, fue cuando este país pasó de ser colonia española para entregarle el poder a los burgueses que ya tenían puesto sus ojos en la manera en que iban a darnos por el jopo a todos.
Desde entonces nos traen a punta de engaños, haciéndonos creer que vivimos en democracia, cuando todos los que han gobernado provienen de las distinguidas familias de tradición y no precisamente por sus buenas acciones humanitarias, sino porque desde su existencia y participación en los gobiernos, han sacado el mejor partido económico a las circunstancias, gracias a la ignorancia de un pueblo idiotizado con el fútbol y los reinados de belleza.
No se preocupen, este no es sólo el caso de Colombia, también ocurrió en el resto del sur del continente, en donde a los indios y mestizos nos enredaron con cuentos chinos para mantenernos distantes de la política nacional y cuando alguno, como Jorge Eliecer Gaitán, entendía lo que pasaba y trató de cambiar la estructura política del país lo mandaron a linchar como desde entonces ha sido la costumbre de la derecha.
¿Qué tanto conocen el país
estos presidentes nuestros?
Si hacemos una radiografía de los presidentes y actuales candidatos a la presidencia de Colombia, vamos a descubrir cosas interesantes: Por ejemplo, la mayoría de ellos han acudido a colegios privados, universidades privadas, van de vacaciones a Estados Unidos y Europa como nosotros ir al río Pance o a Melgar. Fueron estudiantes ejemplares, al menos eso dice sus informes y uno no sabe si fue así o si producto de su apellido le dieron la calificación necesaria para ostentar en un futuro cercano la ejemplaridad del futuro presidente, vaya uno a saber.
Lo que si les aseguro es que de Colombia, el país de verdad, el de la vereda, las calles de los estratos bajos, del comercio en la galería y San Victorino, no tienen la menor idea. Por eso tenemos ministros de hacienda que no saben cuánto vale una docena de huevo y así cientos de casos en donde nuestros gobernantes son objeto de burla por sus deficientes calificaciones para el cargo asignado.
¿Cómo pueden hablar de la problemática de la sociedad cuando viajan con escoltas en vías rápidas del Transmilenio? ¿Cómo hablan de la canasta familiar sin nunca han ido a comprar un mercado? ¿Cómo hablan de la importancia de la vivienda social cuando crecieron en palacios vigilados por la policía? ¿Qué mierda saben esos señores de lo que es ser colombiano si siempre han sido extranjeros en su propio país?
¿Por qué nace la revolución juvenil?
Durante siglos dejamos que ellos tomaran las riendas del país, ellos decidían qué era lo mejor para el pueblo, bajo un criterio bastante esclavizante, en donde el objetivo era no los maten de hambre, pero tampoco les den más de los necesario para subsistir.
Mientras el pueblo lucha con sudor puro para comprar 70 mts2 de propiedad en donde meter a sus tres hijos y esposa, los gobernantes hacen mil millones de pesos en la firma de un solo contrato y en su carrera política pueden reunir al menos unos 10 mil millones para garantizar su futuro y usted y yo, seguimos pagando las cuotas de ese apartamento social estrecho y mal hecho, ubicado a las afueras de la ciudad, a donde tardamos hasta dos horas en llegar después de haber muliado todo el día.
Pero no hay mal que dure cien años, si pendejos que duerman toda la vida, así es como poco a poco hemos despertado del letargo, hemos empezado a preguntarnos por qué tal cosa y por qué tal otra y así fuimos descubriendo la realidad.
El discurso de los ricos de derecha fue siempre el mismo, si protestamos seremos señalados de comunistas y con esa frase mantuvieron a casi 50 millones de pendejos aceptado que son las cosas de Dios que estemos como estamos y que el reino de los cielos es para los pobres. Qué discurso tan chimbo como diría Vargas Lleras.
Comenzó la revolución del pensamiento, la era de leer, pensar y tomar conciencia de la realidad que vivimos. Ya son siete países hispano hablantes que le dijeron a la Derecha corrupta hasta aquí llegaron y los bajaron del bus de la corrupción extrema.
Ahora vemos a los caciques asustados, corriendo de un lado a otro, buscando votos, comprando mercados y prometiendo lo que sea con tal de no dejar triunfar al progresismo.
Ya nadie les cree nada, más de uno debe tener maleta empacada en su casa, listos para salir corriendo al aeropuerto a cuidar sus cuentas privadas en paraísos fiscales. Están cagados de miedo, sienten pasos de animal grande y saben que si pierden ese poder que han usurpado por siglos, los progresistas cambiarán el rumbo de este país y en esa foto, ellos no quieren estar porque deja de ser rentable y si no pueden robar, pa’que quedarse en este potrero, por eso andan firmando contratos, entregando los recursos al mejor postor porque el objetivo ahora es dejar las arcas del Estado en rojo y culpar a Petro y su Pacto Histórico de la desgracia.
Que viva Gabriel Boric, que vivan los jóvenes que han entendido que este país es todos en igualdad de oportunidades, que viva la revolución del pensamiento que nos permite cuestionar lo malo y lo bueno, lo justo del abuso y el derecho a reclamar la institucionalidad del país bajo la constitución que nos rige como democracia.