Opinión: Kico Becerra
Tratar de explicar que, la caída del ministro de defensa por un debate político, no debe significar un deterioro de la credibilidad en las Fuerzas Armadas Colombianas, es un hecho complejo.
El ministro se cayó por meter la lengua, que es peor que meter las patas.Desde cuando presentó el Presidente en la ONU las fotos falsas, debió haber renunciado.
Naturalmente, haber omitido la muerte de menores de edad en el famoso bombardero, al parecer por falta de información, es un error imperdonable, políticamente hablando. En cualquier gobierno se habría caído.
Por parte de las Fuerzas Armadas, el legítimo bombardeo a los campamentos de los bandidos alzados en armas, es un acto de defensa de la soberanía nacional.
Había menores en dichos campamentos y eso es trágico. ¿Qué estaban haciendo en un campamento de bandoleros esos jovencitos ⁹?
A ciencia cierta no lo sabemos, pero no deberían estar ahí.
La primera hipótesis es que eran jóvenes militantes de esas bandas criminales y, la segunda, que estaban reclutados a la fuerza.
Cualquiera sea la razón, la fuerza pública debe actuar contundentemente contra esas organizaciones. Es deber de las fuerzas armadas hacerlo.
Me atrevo a ir más allá, no combatir con toda la contundencia, por temor a que pueda haber jóvenes entre 16 y 18 años, sería darle patente de corso a los bandidos para que, amparados en el escudo de menores, eludan a las autoridades legítimas.
Lo que sí deben corregir los voceros de las autoridades es informar, sin temor, cuando haya bajas, inclusive de menores. Esto les quita la sospecha y evita que sigan siendo víctimas de la sombra nefanda de los falsos positivos.
Las Fuerzas Armadas Colombianas son nuestro más importante patrimonio. No podemos dejar que se mancillen, ni que se sientan cohibidas en su cumplimiento del deber. Es el momento de rodearlas.
Los responsables de cualquier error hay que individualizarlos y sancionarlos, si es del caso, pero, a la institución hay que protegerla de los enemigos que son los amigos de las bandas criminales y los narco seudoinsurgentes.
Quien no se acogió al proceso de paz debe pagar sus consecuencias y saber que desde el aire cualquier día tendrá su merecido.
Es deber de los ciudadanos de bien apoyar en estos momentos al Ejercito, la Armada y la Fuerza Aérea, compuestos, casi en su mayoría, por verdaderos patriotas que a diario exponen sus vidas por defendernos.
Director: Habib Merheg Marún