Aunque parezca un titular muy fuerte, la situación real de la inseguridad en Colombia ha llegado al punto en donde la vida de un ciudadano del común deja de tener valor alguno, en el momento en que los violentos y criminales, entierran sus puñales o disparan sus armas contra personas inocentes que su único pecado fue estar en el sitio y la hora equivocada.
Para los analistas de la seguridad nacional, lo que ocurre en el país es una muestra real de la insuficiencia del sistema de justicia. Es el reflejo de la manera en que el sistema deja libre a los agresores por no considerar que son delitos que ameritan condenas y esto genera una libertad en los delincuentes que, en algún momento se convencen que quitarle la vida a alguien por robarle un teléfono celular, no es gran cosa.
Mientras el gasto en materia de seguridad aumenta de manera desproporcionada, la seguridad por su parte se esfuma, dejando claro que las calles y la justicia están en manos de los delincuentes y asesinos.
Se requiere de mucho valor para salir a la calle en Colombia y se debe optar por tomar medidas extremas como las de no llevar su teléfono, no usar bicicleta, no bajar el vidrio en al auto, no transitar en una calle solitaria, correr cuando vea una moto con parrillero, no hablar con nadie, cuidar sus bolsillos en los servicios de transporte masivo y caminar alerta en la calle porque el Estado no puede proporcionar la seguridad por la que pagamos billones de pesos en impuestos.
A todo este problema, cada quien se lava las manos y y pilotean el problema en donde la policía asegura que son las cortes las que no condenan a los criminales y los dejan libres. Las cortes por su parte aseguran que no pueden condenar porque las cárceles no tienen cupos y el Estado termina asegurando que se ha incrementado la inversión en seguridad, pero no hay presupuesto para más cárceles. Un círculo vicioso que no deja mejorar la situación en Colombia y que, al final del día, las cifras de muertos y heridos en las calles del país, reflejan el desinterés del gobierno para asumir sus responsabilidades.