Por Mao Escribidor
Fernán Martínez, un reconocido seguidor del uribismo, amigo personal del director del partido Álvaro Uribe Vélez, propone que los manifestantes que irrespetaron las medidas contra la pandemia, deberían ser confinados en un estadio de fútbol para evitar más contagios.
Me pregunto si este señor es consciente que la crisis que hoy vivimos por el covid es el reflejo de las salidas masivas de la población en época de Semana Santa. ¿Deberíamos entonces confinar a todos aquellos que salieron ese fin de semana de puente? ¿Qué debemos hacer con todos los que salieron despavoridos los días sin IVA a comprar en la tiendas de grandes superficies?
Pero lo que asusta en realidad es la manera de pensar de un uribista, esa manera errática de condenar sin otra base distinta a la del pensamiento individual. Tal cual como si fuese la época de Adolfo Hitler, el uribismo piensa que encerrar a los responsables es la solución y una vez encerrados, llegarán otras propuestas más tenebrosas que podrían llevarnos a otros escenarios ya escritos en la historia de la humanidad.
Los motivos de la marcha no son relevantes para el señor Fernán Martínez, lo grave para él es haber salido masivamente en todas las ciudades, logrando que al menos cuatro millones de colombianos se votaran a la protesta contra una reforma tributaria que ni el mismo uribismo aprueba.
Lo importante era salir a acusar a los marchantes sin importar los motivos que llevaron a los colombianos a exponerse al contagio pero no aprobar una reforma que los matará lentamente.
Hay que ser muy ciego para condenar la protesta y no entender el sentimiento de los protestantes.