Laura Marcela Campos aceptó ante las autoridades haber asesinado a golpes a su marido Daniel Tomás Silvero por haber, supuestamente, abusado de la hija de la pareja. Descuartizó su cuerpo y esparció los pedazos en varios lugares.
El macabro hecho sucedió en Villa Fiorito, Argentina y conmocionó al país por todos los elementos del crimen, pero sobre todo por el supuesto comportamiento que ella y sus dos hijos carniceros le habrían dado a parte del cadáver: la fabricación y venta de empanadas en su local.
El hecho no ha sido verificado por las autoridades ni por los acusados del asesinato y se basa en testimonios de los vecinos del barrio que resaltaron la extrañeza al notar que la señora Campos y sus hijos vendieron empanadas los días siguientes al crimen. “No era usual verlos vender empanadas” dijo una de las vecinas.
El muerto al parecer tendría antecedentes por abusos sexuales a menores de edad.