En una clara y contundente demostración que la Corte Suprema de Justicia es muy amiga del gobierno Duque, se dio la propuesta de incluir a Francisco Barbosa en la terna para Fiscal General de la Nación y muy a pesar de las críticas por parte de la prensa y la oposición, Iván Duque terminó escogiendo a su amigo de años al cargo, demostrando así que sería un fiscal de bolsillo.
Por supuesto los efectos de tal nombramiento no se hicieron esperar. El primer caso que sorprendió a todo el país, fue el de Aída Merlano, que prófuga de la justicia, tra haber escapado de la cárcel, huye a Venezuela y da unas contundentes acusaciones sobre la compra de votos en la Costa Atlántica, que involucran al Ñeñe Hernández. Para entonces el fiscal Barbosa, decide no recibir las declaraciones de Merlano, a menos que se entregue a la justicia y sabiendo que ella denunciaba un atentado contra su vida, por parte de la familia Char y sus asociados en la costa.
El segundo error se presentó al acusar a Claudia López por haber salido a mercar con su esposa, hecho que le costo una multa a la pareja, pero Barbosa quería ir más allá y presentó una denuncia formal, que fue rechazada por la corte suprema.
La tercera embarrada descomunal, fue dejarse llevar por un chisme al interior de la fiscalía y antes de investigar a fondo, sale a los medios asegurando que existen unos audios del Ñeñe Hernández, que involucran a Gustavo Petro en la compra de votos y resulta que la verdad fue que los mineros razos apoyaban a Petro y no había ningún soborno o compra de votos de por medio. En esa acusación le fue como a perro en misa.
La cuarta salida en falso, fue haber asegurado que cuando llegó a la fiscalía nadie le había informado de la existencia de los audios del Ñeñe Hernández y aseguró que muchos de ellos habían ya sido manipulados y tendrían dudosa veracidad. Entonces Gonzalo Guillén le recuerda que él tiene los audios originales y le toca al fiscal, recular y aceptar que si los tenía en su poder.
No hay quinta mala y así lo demostró al capturar a los soldados que grabaron las conversaciones de la Ñeñe Política, en vez de investigar los audios en si. Ignorando que los soldados sólo seguían órdenes de sus superiores. Importaba más judicializar a quienes grabaron, que investigar la realidad de la compra de votos. Esto indignó a todo el país.
Y la sexta (por ahora), fue irse de paseo a San Andrés con el Contralor General, sus esposas, su hija y hasta una amiga de su hija, usando el avión de la fiscalía y recursos del Estado, según él para llevarle un mensaje al presidente Duque. Todavía está justificando ese viaje y quedando muy mal ante la opinión pública, que silenciosa evalúa el proceder del fiscal, en particular cuando, en sus propias palabras asegura ser el segundo hombre más importante de Colombia.
Sólo lleva cerca de seis meses en el gobierno y el haber asegurado ante los medios que era el hombre más estudiado y calificado para el cargo de fiscal le está pasando factura en rojo, por todas las actuaciones que hasta ahora sólo demuestran que lo que es con Duque, es conmigo.
Un panorama bastante desolador para la sociedad que ve como a diario, un nuevo escándalo enloda la imagen del gobierno que, por estos días, perdón meses, anda bastante deteriorada.
¿Debería mantener Duque a
Barbosa en el cargo de Fiscal?
Director: Habib Merheg Marún