Por @Escribidor Mao
El 11 de Marzo de 2020 se reconocerá en la historia como la fecha en que el planeta tierra enfrentó la realidad de una pandemia generada por el virus del Covid-19 y ante este hecho universal, nadie estaba preparado para asumir las consecuencias, de ahí las diversas acciones que cada país ha tomado como iniciativas propias.
En el caso particular de la educación, las acciones que tomó el gobierno colombiano no fueron precisamente las más indicadas, pero que permitieron establecer un patrón a seguir, que buscaba prevenir los contagios y muertes de maestro y estudiantes.
EL CONFINAMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS
Lo aconsejable fue ordenar el confinamiento de todos los estudiantes para controlar, en parte, el número de contagios en todo el país. Esta medida drástica, obligó a los padres a lidiar con sus hijos en su entorno familiar, sin una guía que les permitiera establecer parámetros de conducta y un plan de acciones en el hogar. En otras palabras, encerramos a unos niños y adolescentes en sus casas, sin tener claro un plan vida en confinamiento, que traería consecuencias sicológicas que pueden generar conductas extrañas en los jóvenes.
Al confinar a los estudiantes en sus casas, les ordenamos encerrarse entre unos muros de vivienda, en donde padres e hijos no sabían que hacer con todo este tiempo de compartir, mientras los medios de comunicación emitían día a día, los avances y muertes en todo el mundo, generando un caos mental en los pensamientos de todos los miembros de la familia.
Los juegos en línea, las viejas consolas de vídeo juegos y la internet se convirtieron en los medios de distracción más grandes y poderosos de la sociedad. Medios que comenzaron a informar sobre los avances en materia de investigación, pero también fueron el puente de distribución de noticias políticas que, basadas en actualidad del país, fueron generando odios y rechazo por parte de las juventudes.
LAS CLASES VIRTUALES EN
UN PAÍS SUBDESARROLLADO
Nos habían vendido la absurda idea que Colombia era uno de los países más avanzados en materia de tecnología, incluso nuestro presidente aseguró que estábamos a puertas de convertirnos en el Silicón Valley de Latinoamérica, pero la realidad fue otra muy distinta.
En las zonas rurales se evidenció por completo la falta de tecnología para impartir clases a los municipios distantes de las grandes ciudades. Las escuelas rurales, que ni siquiera cuentan con la estructura física necesaria para la atención presencial, tampoco estaba cercana a proveer las condiciones necesarias para atender clases virtuales.
Pero la situación en las ciudades no es muy distinta, y no precisamente por falta de tecnología, sino por la pobreza en que viven la gran mayoría de familias de estratos bajos que no pueden soportar los costos de la internet, y que de poder hacerlo, no cuentan con los computadores necesarios para atender clases.
¿CÓMO SE VA A EVALUAR ESTOS DOS
AÑOS DE EDUCACIÓN ANORMAL?
La pandemia no nos dejó desarrollar el programa académico como exige el ministerio de educación y a eso debemos agregar el Paro Nacional que mantiene a los estudiantes distantes del proceso educativo. ¿Cómo se planea evaluar a los alumnos en las pruebas de Icfes? ¿Cómo se puede justificar las calificaciones de los alumnos cuando muchos no tuvieron acceso a todas las clases por problemas técnicos o de condiciones económicas? ¿Existe un plan desde el ministerio de educación que permita recuperar las clases o simplemente pasamos la página y dejamos así?