El 6 de Marzo del 2018 la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez condenó por presuntas irregularidades en la venta de Drogas La Rebaja, la cadena farmacias que se constituyó en la empresa estrella de los capos del Cartel de Cali, a nueve años de cárcel a ocho de sus familiares: Jaime Rodríguez Mondragón, María Teresa Quazua Espinel, Amparo Arbeláez Pardo, María Fernanda Rodríguez Arbeláez, Juan Miguel Rodríguez Arbeláez, Julio César Muñoz Cortés, Juan Carlos Muñoz Rodríguez y Rafael Guillermo Arjona Alvarado. Ninguno tendría la posibilidad de tener casa por cárcel.
La noticia llegó hasta la cárcel federal de Butner, en Carolina del Norte, el lugar en donde está desde hace 25 años Gilberto Rodríguez Orejuela. Pero justo un año después, el 18 de Marzo del 2019 otros catorce de sus familiares, entre los que se contaban Amparo Rodríguez Gil, Alfonso Gil Osorio, Soraya Muñoz Rodríguez, Claudia Pilar Rodríguez Ramírez, Luz Stella Pérez Gómez, Pedro Nicolás Arboleda Arroyave, Pablo Emilio Daza Rivera, Tiberio Fernández Luna, Ricardo Calderón Ascanio, José de Jesús Naizaque Puentes, María Consuelo Duque, Jairo Serna Serna, Diego Durán Daza y Herberth Gonzalo Rueda.
A sus 82 años tiene esperanzas de libertad
Desde su llegada a los Estados Unidos, en el 2004, Gilberto Rodríguez Orejuela empezó apagar en carne propia serios problemas de salud. Llevaba unos días en ese país cuando sufrió un infarto, meses después le dictaminaron cáncer de próstata y tiempo después otro cáncer de colón causó estragos en su salud, pero a pesar de todo y a sus 82 años, espera ser llegar a ese anhelado día de su libertad.
David Oscar Muskus, su abogado, intenta apelar a la Ley del Primer Paso que sugiere dejar libres a delincuentes mayores de 80 años que no revistieran mayor peligrosidad. Hasta el momento el juez ha sido indiferente a las situación del excapo de la droga.
El 29 de Julio de 1995, Miguel Rodríguez, hermano y socio de Gilberto, se enteró del operativo que llevaría a su captura y fue cuando presentó un cuadro de salud que generó un infarto. Su equipo de seguridad lo llevó hasta la clínica de Occidente, en donde bajo altas medidas de seguridad de sus escoltas, fue atendido de urgencias, en donde fue revivido por parte de los médicos, pero debían salir de ahí urgente, el grupo de búsqueda estaba en camino. Al llegar las autoridades buscaron en cada cuarto de la clínica, solo par descubrir que el capo ya había salido.
Miguel fue condenado junto a su hermano Gilberto el 26 de Septiembre de 2006 a 30 años de cárcel. Además tuvieron que devolver propiedades que superaban los USD $3.000 millones. Al principio Miguel Rodríguez fue enviado a una prisión federal en el sur de la Florida, una cárcel de máxima seguridad. A comienzos de esta década lo trasladaron a una de mediana seguridad gracias a haber negociado con la justicia norteamericana. La Institución Correccional Federal Edgefield es su casa desde hace siete años. El penal alberga entre 500 y 549 reclusos. Ubicada en la frontera entre Georgia y Carolina del Sur, el ambiente es distendido y está lejos de tener la rigurosidad de otros penales donde ha estado el segundo hombre más fuerte del Cartel de Cali. Incluso allí se desarrolla un programa para rehabilitar adictos al alcohol y a las drogas. Los presos más notables que están en esa cárcel son el jamaiquino Cristopher Coke, capo de la banda Shower Pose que inundó de cocaína las costas de Florida, condenado a 30 años de cárcel; y Thomas Noe, recaudador de fondos del partido Republicano que canalizó dinero de manera ilegal dineros a la campaña de Bush. Está condenado a 18 años de cárcel. Miguel Rodríguez sufrió un infarto y a los 77 años espera salir libre antes de morir.
Por estos días la popularidad de los hermanos Rodríguez se ha visto alterada producto de la carta que presentó el expresidente Pastrana, en donde inculpa al expresidente Samper y que ahora, con un nuevo comunicado, aseguran que Pastrana también había recibido dineros en su campaña.