El presidente Petro convocó nuevamente a marchas para, según él, demostrar el apoyo que tienen sus reformas. Y hasta donde se pudo ver por redes y medios virtuales, el llamado a las calles fue atendido en varias ciudades y en Bogotá, llenó la plaza de Bolívar como pocas veces se consigue.
A marchas han convocado diversos presidentes que buscaban un golpe mediático o crear opinión pública favorable alrededor de sus políticas. Lo hizo Belisario Betancur buscando apoyo para sus ideas de paz, Álvaro Uribe para rechazar a las FARC y Juan Manuel Santos para apoyar el proceso que adelantaba con ellas.
Ya como expresidente, Álvaro Uribe promovió otra marcha, pero esa vez fue contra Juan Manuel Santos, su antiguo aliado y pupilo. Con menos participantes, Uribe y su partido también han promovido marchas contra Gustavo Petro y sus reformas.
Hubo otra concentración tan multitudinaria como penosa: el tal concierto de la frontera con Venezuela en Cúcuta, que Iván Duque siendo presidente impulsó y promovió en medio del cual dijo su famosa frase respecto a que Nicolás Maduro “tenía los días contados”. Y Maduro, ahí…
En fin, marchas ha habido en ciudades y pueblos convocadas por diversos actores y con asistencias que dependen de quién cuente o quién tome la foto. Por ejemplo, las que con frecuencia hace FECODE, el sindicato de los profesores de colegios públicos, son más extensas que concurridas por su estrategia de desfilar en fila india y con buena distancia entre sus participantes.
Lo nuevo de la marcha del 27 de septiembre, son las interpretaciones que hacen los partidarios del gobierno. La que más me llama la atención es la que afirma que las encuestas sobre la imagen del presidente mienten y ponen como prueba de esa mentira una plaza de Bolívar de Bogotá repleta y asistencias más o menos interesantes en las marchas de Medellín, Cali o Riohacha. Error. Las encuestas, si bien provocan suspicacias, se hacen de manera científica y con una muestra de todo el país. No puede uno afirmar que mienten mostrando una plaza llena sobre todo si una gran parte de los asistentes ha venido de a miles desde diferentes resguardos indígenas de Colombia.
Son muy interesantes las marchas y el nivel de compromiso que los partidarios del presidente muestran. Pero hasta ahí. Concluir que “todo el país” respalda al gobierno y que las encuestadoras son unas mentirosas (que las hay, seguramente, pero no todas), es una exageración.
De forma similar piensa la oposición a Petro respecto a las próximas elecciones regionales: si los candidatos cercanos a Petro no ganan y sí lo hacen los candidatos que representan movimientos de la oposición, esa situación deberá ser leída (dicen ellos), como una muestra de protesta al gobierno nacional.
Se olvidan que las regionales son bien diferentes a las nacionales. Las manzanas del 29 de octubre no deben mezclarse con las peras de la elección presidencial o del congreso.