Opinión: Kico Becerra
Hay metidas de lengua, que son peores que las metidas de pata.
Esta semana comenzaron con unas campeonas: Al gerente del puerto de Buenaventura se le ocurrió decir la joya de que, cuando llega a casa en Cali, su adorable señora le pide que, primero de bañe porque huele a Buenaventura.
Ahí fue Troya, el Dr. Mira, paradójicamente, no vio la ofensa intrínseca de su comentario oloroso a racismo; no miró y se cayó del puesto.
El Petronio que Cali ama, huele a Buenaventura, Mirá, oíste, vee.
Otra metidota de lengua, fue la respuesta del presidente eterno, al contestarle a una cadena radial que él seguía siendo presidente.
Joder, dirían en España, eso lo sabemos todos, pero hay que tener consideración con Duque, que insiste en que el presidente es él, desde hace un año. Tiene hasta banda tricolor en el pecho.
Álvarito, disimula alguito y respeta al muchacho, por lo menos en los pocos días que está en Colombia y no está viajando.
Otra metida famosa, no solo de lengua si no de otras cosas, fue el viaje de Pastranita en el famoso «lolita express», avión de las orgías pedófilas de Jeffrey Epstein. Lo que más me indigna es que de esos viajecitos no supimos a tiempo ni Nora, ni los niños, ni yo.
Porque sé que Andresito es amigo de la cadena perpetua para violadores de niños, estoy seguro que fue a sus espaldas que, lo llevaron a pasear en ese pervertido avión.
Ñapa: «El que con muchachitas viaja en avión de pedófilo, untado amanece». Dice mi gurú de Palmaseca.