El gobierno designó hace unas semanas a Beatriz Lorena Ríos Cuéllar como gobernadora ad hoc del departamento del Quindío para cancelar la personería jurídica y por tanto cerrar la Asociación Templo Luciferino Semillas, el primer templo en Colombia que le rinde culto a Lucifer.
No es claro para las autoridades determinar si la adoración a Lucifer es un causal para cerrar el templo, pues podría estar atentando contra el derecho a la libertad de culto, a pesar de que par muchos, Lucifer no es un Dios, sino una figura diabólica.
La decisión se da tres años después de que Carlos Eduardo Osorio, gobernador de ese departamento, se declarara impedido para tomar acciones legales en contra de ese templo por su condición de sacerdote de profesión.
De acuerdo con el decreto que le da potestad a Ríos su designación se da para “llevar a cabo acciones legales y procedimentales correspondientes, y tomar las decisiones pertinentes a la cancelación la personería jurídica, y por ende, registro mercantil respectivo, la existencia y de la representación legal la sociedad sin ánimo de lucro denominada Asociación Templo Semillas de y/o Asociación Templo Luciferino Semillas de Luz”.
El templo está ubicado en la vereda Aguacatal del municipio de Quimbaya y desde el inicio su construcción ha estado envuelta en escándalos y problemas jurídicos.
Su construcción inició en 2016 en Quimbaya, una población con una fuerte tradición católica. En su momento, los habitantes de Quimbaya y Montenegro se mostraron asustados con la edificación y no querían ni que se mencionara a su municipio con la ubicación de este templo. Algunos obreros que contrataron para edificar esta estructura huyeron en cuanto descubrieron que se trataba de un templo para adorar a Lucifer.
“Yo como gobernador puedo decir que eso es ilegal, la Corte Constitucional dijo muy claro que eso no es un culto y por eso no se pueden amparar en la libertad de culto, eso es la negación a este porque Lucifer no es considerado una deidad, sino que es lo contrario”, dijo en ese momento el gobernador Osorio.
Un año después, en 2017, la polémica volvió a revivirse por cuenta de una multa de 206 millones de pesos que la Secretaría de Planeación de la Alcaldía de Quimbaya (Quindío) le impuso a Héctor Londoño Villegas o a Víctor Damián Rozo, (como se hace llamar en redes), el representante legal de este templo, por levantar dicha edificación sin los permisos necesarios.
Según el mandatario de Quimbaya, Jaime Andrés Pérez, la sanción fue proferida porque la construcción es ilegal, pues se realizó a finales del 2015 cuando la Secretaría no tenía ninguna documentación sobre dicha obra. Pérez explicó en 2016 que, de no pagarse la multa, el templo podría ser demolido en los próximos meses.
Héctor Londoño o Víctor Rozo afirmó en ese momento que era una “persecución política” por parte de Pérez y Osorio y que se había violado el debido proceso.
En su interior hay una tarima de color rojo, que predomina en el lugar, en la que hay una escultura de Lucifer de al menos tres metros y que fue construida en lámina metálica en un taller de Armenia. Al lado de esta figura se encuentra una silla destinada únicamente para el hombre que se hace llamar el hijo de Lucifer.
Pese al nombramiento de la gobernadora ad hoc, la decisión de cerrarlo o o no abrirá una polémica por cuenta de si se toma por problemas con la licencia de construcción, como argumentan las autoridades locales, o si es una persecución personal que atentaría contra la libertad de cultos como dice el representante del templo.
“Esto no es delito, en Colombia hay libertad de culto según la Ley 133 que reza que el satanismo se exime de la libertad de culto, pero esto no es satanismo, nosotros somos una asociación, no una iglesia”, dijo Londoño.
Director: Habib Merheg Marún