La Comisión de la Verdad no tiene otro fin que intentar conocerla. Y aunque cada uno de quienes han acudido a su llamado cuentan su propia verdad a sabiendas que lo que digan no tiene ninguna consecuencia en el plano judicial pues la Comisión ni juzga ni acusa, poder contrastar testimonios hasta ahora ocultos nos permitirá acercarnos por lo menos a saber qué fue lo que pasó, por qué, cómo, cuándo…
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Gobierno y Comité del Paro se declaran vencedores en silencio. Pero aquí, como en el poema de Bernárdez, habría que decir que este paro se fue sin ganador, porque los dos perdemos.
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Cada semana o, máximo, cada dos, debe producirse un hecho escandaloso, ridículo, ofensivo, mentiroso, denigrante o insultante, como ha sucedido hasta hoy, para que solo sea necesario que el señor Petro venga a posesionarse.
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Desconozco el contrato del que trata la investigación. Pero sí sé que nadie, absolutamente nadie, tiene la bola mágica que le permita adivinar cómo se comportará la tasa de cambio.
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“Para construir una casa, hay que pagarles dos millones de pesos. Si es de dos pisos, un millón más”, denuncia.
¿A quién se le paga?: A los cientos de “vitos corleones” que las múltiples causas del crimen han parido y que fusil (¡fusil!), en mano, patrullan las calles de la ciudad.
