El apostador que jugó y acertó al sorteo del 6 de marzo con los números 19, 25, 26, 39 y 41 de la súper balota número 15 del Baloto, pasará ahora de las angustias de la escasez a las preocupaciones de la abundancia porque su vida, seguramente, dará, no uno, sino varios giros.
Primero, será candidato a que la delincuencia lo considere como víctima potencial de sus fechorías (secuestro, extorsión…). Segundo, es imposible guardar el secreto de haberse convertido en millonario y, en consecuencia, deberá cambiar de barrio y hasta de ciudad. Tercero, amigos y familiares desfilarán en búsqueda de una ayuda del nuevo rico. Y cuarto, en adelante estará en la mira de la DIAN año tras año.
Ganarse el Baloto, la lotería con los premios más “gordos” de Colombia que esta vez cayó en Santa Marta, es un anhelo de miles que cada semana juegan sus seis cifras con la esperanza de cambiar de condición.
Pero, a no ser que pertenezca al escaso grupo de millonarios del país (y esos no juegan a la lotería), tendrá que asumir cómo, de repente, le cambia la vida así no quiera.