Mientras que cumple dos semanas en la cartelera de las salas de cine del país, la película colombiana ‘El Piedra’, acaba de ser adquirida por HBO, que en algunas semanas empezará a emitirla en países como Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá.
Gracias a la buena crítica que ha recibido, así como los buenos comentarios que ha logrado esta película dirigida por el realizador cartagenero Rafael Martínez, este largometraje se mantendrá en la cartelera hasta el 29 de mayo en las ciudades de Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Medellín y Pereira.
“El estreno ha sido retador y lleno de sorpresas. Nunca es fácil competir contra las grandes producciones de Hollywood y su maquinaría de promoción. Tenemos que seguir dando la pelea e ir paso a paso ganando nuestros espacios y nuestro público. Ha sido sumamente satisfactorio leer la crítica especializada ha conectado favorablemente con ‘El Piedra’. La taquilla que ha ido en aumento con el paso de los días”, comentó el director Rafael Martínez.
Pocas producciones colombianas hacen parte del exclusivo catálogo de HBO, entre las que han ingresado recientemente se encuentra la galardonada internacionalmente ‘Matar a Jesús’ de Laura Mora, así como el documental en coproducción entre Colombia y Panamá, ‘Yo no me llamo Rubén Blades’ de Abner Benaim, y ahora ‘El Piedra’.
“Que se hayan interesado en adquirir ‘El Piedra’ dentro de su catálogo de películas, no sólo nos llena de orgullo por ese aval de calidad, sino que nos confirma que ésta historia Caribe tiene la capacidad de seducir espectadores fuera de los límites nacionales”, afirmó Rafa Martínez.
El largometraje presenta la historia de Reynaldo ‘El Piedra’ Salgado, quien es un boxeador cartagenero que se gana la vida trabajando como ‘carnada’, quien es el peleador que sube al ring sin tener ninguna posibilidad de ganar. Un día en su vida aparece Breyder, un niño de la calle que dice ser su hijo y que quiere ser boxeador. Padre e hijo aprenderán a convivir.
Reynaldo encontrará a alguien que lo hará sentir valioso de nuevo, y Breyder aprenderá a admirar al padre que hace sacrificios y no al supuesto campeón. Una mirada diferente al deporte de las narices chatas: no a las estrellas, sino a la clase media; no al héroe, sino al trabajador; no al ídolo, sino al hombre.