A las 10 de la noche del pasado lunes, el alcalde de Calarcá (Quindío), Sebastián Ramos, prendió las alarmas de la población al anunciar que una bebé había sido raptada de los brazos de su madre en el barrio Las Américas.
La pista: el carro en el que huyeron los bandidos. Una camioneta blanca, de placas terminadas en 933. La policía cerró las salidas hacia otros departamentos y el carro con la niña llegó hasta una vivienda del barrio Los Álamos en Armenia.
Un vecino advertido de la situación, notó cómo una mujer ingresaba afanosamente con un bebé en sus brazos. Intrigado reportó el hecho e instantes después la policía capturaba a una de las secuestradoras y regresaba la bebé a los brazos de su madre.
Una acción conjunta entre autoridades y ciudadanos lograron un final feliz.