Opinión: Kico Becerra
Escuché hace un mes largo una entrevista a un señor que hablaba en nombre de los constructores del tristemente célebre proyecto del convento de la Sagrada Familia en el Peñón.
Este fulano dijo unas cosas que me dejaron anonadado; según él, en Cali se presentan planos para que sean aprobados por planeación y/o la curaduría y, después, los constructores pueden hacer lo que quieran, pues esto posteriormente se legaliza.
Ante semejante aseveración me puse a indagar y, parece que, increíblemente, los planos que son presentados por algunos constructores de Cali, para ser estudiados y aprobados, son simplemente una formalidad ya que, ellos después construyen lo que les da la gana. Esa disque es la tradición local.
Eso fue lo que pasó con el cacareado proyecto en mención. Se presentó y aprobó un proyecto que preservaba un patrimonio cultural, se dió licencia de construcción con los compromisos de preservar y restaurar la edificación, para un hotel y un pequeño centro comercial de 22 locales.
Los constructores resolvieron reducir el hotel y meter 4 salas de cine. Tumbar la fachada de un lado, cambiar el diseño externo, subir dos pisos más, entre otros cambiecitos, como el de aumentar de 22 a 58 locales comerciales.
No respetó el patrimonio arquitectónico, de una excavaron uno de los patios que debían conservar e hicieron el adefesio de metal que, hoy aterrados, vemos sigue en pie.
Ante este despropósito, se realizaron varias visitas por parte de las autoridades y se ordenó, suspender la parte de la obra no autorizada. Se puede continuar lo que estaba en planos aprobados. Saben cuántos metros cuadrados de más estaban haciendo? 9600 M2, equivalentes a 130 casas de vivienda popular.
Si esto es escandaloso, lo grave es que quién garantiza que esas obras de más resistirán un temblor de tierra? Con base en unos diseños estructurales se construyó casi el doble. No estaremos frente a un nuevo edificio Space de Medellín? O de algo similar a lo sucedido en Cartagena?
Dónde están los concejales, los candidatos a la alcaldía, los medios de comunicación y los gremios de la construcción, para que nos expliquen eso de que los planos y las licencias en construcción en Cali no son para cumplirlas, porque todo se «arregla» después en las oficinas públicas?
Lo más locombiano de todo es que los constructores tienen demandado al municipio por $60 mil millones, porque no les ha dejado hacer lo que ellos, a las malas, quieren realizar, violando la normatividad.
Ñapa: A todas éstas, nadie sabe a ciencia cierta quiénes son los dueños de ese proyecto. Lo único que pude averiguar es que el gerente es hijo de una exdirectora de planeación municipal. Esto no me olió bien.
Mientras tanto, los caleños seguimos siendo igual de majaderos y votaremos para la alcaldía por alguien que seguramente «arreglará» ese entuerto.
!!Sagrada familia, libramos de todo mal y peligro !!
[twitter_ecard]