Independiente del posible cambio de nombre de Facebook por Meta, en donde se discute si se trata de una estrategia para evadir ciertas obligaciones con el gobierno de los Estados Unidos, el proyecto Metaverso dispara todas las expectativas de la comunidad para interactuar en un universo virtual más real.
La creación de al menos 10.000 nuevos empleos cualificados en Europa en los próximos cinco años para dar forma a su mundo virtual, es una de las metas de Zuckerberg.
El metaverso es un universo virtual inmersivo que replica y va más allá del mundo físico, y en el que se interactúa con otras personas ーcada uno con su avatarー y con objetos. Es una internet futura en 3D donde los usuarios podrán reunirse, asistir a conciertos virtuales, salir de compras o probar, en el caso de las empresas, sus desarrollos industriales.
¿Qué es el METAVERSO?
El primero en usar la palabra fue el escritor Neal Stephenson, en su novela de ciencia ficción ‘Snow Crash’ (1992). En esta los personajes navegan por un mundo virtual, lo que ahora llamamos realidad virtual y para la que es necesario el uso de cascos. En este mundo interactuamos con otras personas y otros servicios, en campos desde el entretenimiento hasta la medicina.
¿qUÉ PRETENDE mARK Zuckerberg?
Se busca crear una réplica del mundo real en virtual, con millones de usuarios potenciales, los de las redes sociales. Una de las primeras cosas de las que habló Facebook es la de resolver limitaciones de las videoconferencias. En estas los interlocutores no tienen la sensación de mirarse a los ojos y con un buen entorno de realidad virtual esto se resolvería.
No solo es la compañía de Zuckerberg la que está detrás de este universo virtual. Apple, Sony o Nvidia llevan años trabajando, pero históricamente a Facebook se le ha dado divinamente correr. Cuando otras empresas atraen horas de nuestros ojos, ha sido capaz de evolucionar modelos y lanzarlos.
Otra cosa que hay que pensar es que en un entorno de realidad virtual controlado por Facebook, una empresa que obtiene casi todos sus ingresos de la publicidad, sería, al menos potencialmente, un riesgo para nuestra privacidad.