El país aún no logra entender qué motivos pueden ocultarse tras el asesinato brutal del cantante Junior Jein, que recibió seis disparos cuando llegaba a una discoteca de Cali a promocionar su nuevo sencillo. Los dos sicarios fueron capturados minutos después de haber cometido el crimen, pero hasta ahora la fiscalía desconoce o no informa, sobre los motivos que llevaron a los asesinos a cometer este atroz crimen.
El Caballo, el cantante, el artista, activista y el que defendió a su pueblo siempre. Ese era solo un pedazo del universo que era Junior Jein, el que puso a bailar salsa chocke a la Selección Colombia, el que cantaba para que el mundo escuchara lo que pasaba en el Pacífico colombiano y el que ayudó a docenas de niños a seguir sus sueños futbolísticos y a no irse por el camino “fácil” del narcotráfico.
Jein nació en Buenaventura, fue criado por su abuela, doña Inés, quien sin estudios y sin bases profesionales, sacó adelante a cinco hijos a punta del pescado que vendía en la plaza. Junior creció bajo las tradiciones de su abuela, una mujer que estaba orgullosa de sus raíces y de su pueblo, eso fue lo que le transmitió y enseñó, de ahí su amor por el Pacífico, por su ciudad natal y, aunque no siempre quiso ser artista, escogió un camino en el que pudiera defender de alguna forma todo lo que le había enseñado su abuela.
La investigación sigue su curso y la ciudadanía, así como su familia, esperan que las autoridades anuncien a los autores intelectuales de este asesinato.