Opinión: Kico Becerra
El tema de la semana, sin la menor duda, es el de la Registraduría y la desconfianza que genera; entre otras cosas es un debate que, desde que tengo uso de razón, siempre se hace antes de elecciones y después de las mismas y, nunca se hace nada para superarlo.
En esta oportunidad, tanto la extrema izquierda petrista, como la extrema derecha uribe- pastranista, coinciden en que si no ganan habrá fraude. Si ganan, por supuesto, sería una elección inmaculada; la misma historia de siempre.
Divertido sí es, en principio que, el hijo cuasi bobo de Misael, quien se ganó la presidencia por un famoso apagón en la registraduría, sea quien arme un escándalo por posible fraude electoral; el mundo al revés.
Los Uribistas dicen que el fraude se está gestando en Rusia y en España, donde supuestamente fue Petrosky a preparar el chocorazo (así se llamaba la trampa electoral en el siglo pasado); muchos chats distribuyen esa teoría conspirativa.
Los Petristas afirman que, el actual gobierno tiene organizado un monumental fraude electoral y que el registrador es una cuota política del Uribismo y, desde ya, empiezan a descalificar el resultado electoral.
Lo único cierto es que, la figura del Registrador para nada infunde confianza; como pasa con algunas demás alegronas de los pueblos, cuando el cura les dice: “Con esa cara para qué se confiesa, sumercé».
¿Qué hacer frente a semejante desasosiego que produce no tener confianza en el sistema electoral, además de hacer berrinche?
Varias cosas: Votar masivamente; cuidar las elecciones; tener testigos electorales formados y; aceptar ser jurado electoral. Vendrán misiones electorales del exterior que no hacen nada sino pasear y dejar constancias chimbas.
Las elecciones las defiende el ciudadano comprometido en no dejar que se roben las elecciones; no el que simplemente se queja y manda chats conspirativos. Frente a unas elecciones tan cruciales como las que vienen, los verdaderos ciudadanos se pellizcan y ayudan a defender el verdadero resultado democrático. El día de las elecciones no se van para sus finquitas, ni eluden ellos o sus hijos la responsabilidad de ser jurados.
En las parlamentarias, los diferentes candidatos cuidan las elecciones, por medio de testigos y abogados expertos; ellos se cuidan entre ellos; el problema son las presidenciales. Ahí somos los ciudadanos los que debemos cuidar las mesas; a quien le dé pereza, después no se queje.
Ñapa: ¿Cuándo volverá a tener semáforos Cali? ¿Quién me explica que, ya hayan arreglado las cámaras de multas y no los semáforos?