Las 13 horas que duró la discusión en el senado sobre la reforma tributaria permitió su aprobación que, como siempre, salió recortada en algunos aspectos y de ninguna manera dejó contenta a la oposición cuyo vocero Miguel Uribe anunció que la demandará.
Lo que se aprobó y lo que no pasó es, en resumen, lo siguiente:
Se aprobó la no deducibilidad de regalías en el impuesto de renta del sector hidrocarburos; el 3% de impuesto a plataformas digitales como Netflix y las aplicaciones de transporte de pasajeros; cárcel para evasores reincidentes por tercera vez; impuestos a bebidas azucaradas y ultraprocesados a partir de 2023 (con algunas condiciones que desdibujaron su propósito inicial).
Se negó el impuesto a las iglesias y la exención a pensiones adquiridas en el exterior. También se salvaron de impuesto el salchichón, el pan, la miel de abejas, la leche y sus derivados, el bocadillo de guayaba, las obleas, la butifarra y la mortadela.
Ahora el balón pasa a la Cámara donde se esperan fuertes debates entre las bancadas.