No habían llevaban más de una semana de casados, cuando Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve desaparecieron. El pasado 20 de diciembre la pareja se desplazaba por la Troncal del Caribe de Santa Marta hacia Palomino, La Guajira, cuando se perdió su rastro. Lo último que se supo de ellos fue una llamada de Jiménez a su padre a las 5:30 p.m en la que se escuchó a la mujer gritar: “por favor no nos hagan daño”. Luego, la comunicación se cortó.
Pasaron poco más de dos días de incertidumbre, sin que nadie supiera que había ocurrido con la pareja, hasta que, en la madrugada de este lunes, un indígena de la zona vio que a pocos metros de las playas de la vereda de Perico Aguao había un grupo de buitres rondando cerca a una palmera. Después de acercarse un poco más, vio a dos personas que estaban encadenadas a un árbol, con las caras cubiertas con unas capuchas. Este dio aviso a la Policía, que hizo el respectivo levantamiento. Ya en Medicina Legal se pudo comprobar que se trataba de Jiménez (bióloga) y Monsalve (antropólogo y DJ), que ambos tenían un tiro en la cabeza y que se encontraban en un avanzado estado de descomposición.
La pareja se había casado hace una semana, pero llevaban más de 12 años de relación, de los cuales en su mayoría vivieron en Santa Marta. Mientras que ella trabajaba en la Fundación Natura, como gestora ambiental del proyecto Magdalena Cauca Vive, él era un antropólogo que en sus últimos años se fue por el camino de la música. Los amigos de la pareja recuerdan la pasión por los animales que tenían ellos. Incluso, Carol Rojas, amiga de Natalia Jiménez, comenta que uno de sus temas favoritos cuando visitaba a su amiga era el cuidado de los animales, sobre todo los perros.
AMBIENTALISTAS EN LA
MIRA DE LAS MAFIAS LOCALES
El 14 de enero de 2019 se conoció la muerte de Wilton Orrego, habitante de La Lengüeta (vertiente norte de la Sierra Nevada, entre los ríos San Diego y Palomino) y Funcionario de Parque Naturales Nacionales. Orrego estaba en la vereda de Perico Aguao cuando fue atacado por hombres armados que le dispararon en dos ocasiones. Tras el ataque, el hombre fue trasladado por mar hasta el peaje de Neguanje, donde fue trasladado en una ambulancia hasta el casco urbano de Santa Marta. Sin embargo, el hombre murió.
Por la misma época del ataque a Wilton Orrego se reportó el homicidio de Martiza Quiroz, quien también fue asesinada a principios de año y se desempeñaba como lideresa y defensora de derechos humanos en el sector La Lisa, a las afueras de Santa Marta. Estos son tan solo dos casos de los muchos que se habrían presentado en 2019. Sin embargo, por el control territorial y la ley del silencio que se vive actualmente en la zona, muchos de estos no se habrían denunciado, pasando desapercibidos para las autoridades y medios de comunicación. “Se maneja un silencio muy fuerte por el control territorial que están haciendo estos grupos”, señala un líder social de la zona, que tiene gran cercanía con la Fundación Natura, organización de la que hacía parte Nathalia Jiménez.
El alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, indicó que “frente a este infortunado hecho, expresamos nuestra solidaridad con sus familias y amigos. Estamos adelantando las investigaciones y ofrecemos una recompensa de $50 millones a quién nos brinde información que conduzca a su captura a los actores materiales e intelectuales de este homicidio. Fueron ultimados con capuchas en la cara”.
Director: Habib Merheg Marún