OPINIÓN: KICO BECERRA
Comenzó el año de elecciones territoriales; la fiesta de los publicistas, imprentas, diseñadores de sonrisas, de pancartas y pasacalles.
Lo único que se necesita es “un bobo o boba careados» con el dicho “que el pueblo y mis amigos me reclaman” y, ahí se comienza a ordeñar esa teta: Cambio de imagen, tratando de disimular la feúra natural, poniéndose dientes nuevos, para mostrar las muelas, cambio de peinado, de corte de pelo, de tinte, etc., como si fuera un concurso de belleza.
Los negocios están por todo lado; hay quienes alquilan asientos para reuniones, asiento solo, a $15.000 (con humano incluido, cuesta $30.000 por hora); si el asistente debe gritar vivas, sube a $50.000 por hora; el candidato debe ser puntual porque, esa mini manifestación portátil va a dos o tres reuniones más, de otros aspirantes.
Si quieren trasladar personal de otros municipios se alquilan buses o busetas; solos o con manifestantes incluidos; también hay chivas petristas, que tienen experiencia de 7 años, trasladando indígenas por todo el país; costosas pero que infunden poder.
También hay «arregladores» de concejales, diputados y ediles; hacen primer acercamiento y ayudan a concretar la compra del apoyo. Dependiendo de la región, el estimado de este año, por concejal, va de $20 a 300 millones; diputados entre $80 y 500 millones.
Apoyo de alcalde en ejercicio para gobernación, de $300 a 2.500 millones y cuota en el gabinete. Respaldo de alcalde saliente para alcalde entrante, hoy en el mercado, fluctúa entre $1.000 y 7.000 millones (fuera de puestos y contratos).
Los candidotes pueden también contratar quién recoja firmas; se pagan, en el mercado negro, $3.000 firma, simple y chequeada. Si las quiere certificadas, de votantes aptos, cuesta 5.000 pesitos en el mercado blanco.
Publicista politólogo, sin experiencia, $80 millones; con experiencia e inventor de encuestas chimbas, cuesta ahora de $400 a 1.000 millones.
Se mueven los vendedores de camisetas y gorras; las hay desde 10.000 pesitos, las chinas de contrabando; las nacionales de $25.000 en adelante.
Manejo de periodistas, es uno de los rublos más costosos; se cobra por minuto de entrevista y de cuñas publicitarias; promedio entrevista $5 millones.
Lo que sí está casi inalcanzable, para la mayoría de candidotes, son las bodegas para inundar las redes sociales de infundios sobre los contrincantes y de alabanzas para quien las contrata. Una bodega de 200 influenciadores, hoy, se cotiza entre $2.000 y 7.000 millones mensuales. Si deben inventar encuestas se puede subir al doble.
También hay quienes venden de antemano los informes del costo de campañas para las autoridades electorales (no me dieron el costo); si está el mismo registrador Vega, su garantizado éxito tendrá un plus económico. Por la misma razón, los escrutadores y testigos electorales no han fijado sus tarifas aún.
¡¡Que viva la feria electoral!
Ñapa: Noticieros de TV, no están cotizados; depende mucho de la salud de Roy.
Ñapita: La compra de El País, por parte del grupo Gilinski, es una muy buena noticia; se conserva el periódico regional y lo compra una empresa de empresarios vallecaucanos. Difícil labor tiene por delante; aspiramos que, por el bien de la comarca, le vaya bien.