Benito Osorio fue condenado a 19 años de prisión por sus relaciones con la casa Castaño, pero su caso llegó ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y su declaración ya prendió las alarmas entre sus viejos conocidos. Su poder no se construyó solo.
Según Benito Osorio, que presentó declaración ante el tribunal de paz en diciembre de 2020 y desde hace más de 15 días recibió la libertad condicional como beneficio por su testimonio y aporte de verdad, contó cómo hizo un pacto desde el Fondo Ganadero de Córdoba con las AUC para despojar tierras a los campesinos de los límites entre el Urabá antioqueño y el Urabá cordobés en Tulapas. Para ello tuvo una aliada clave: Sor Teresa Gómez, cuñada de los hermanos Castaño y hoy condenada por homicidio y desplazamiento forzado.
Según Osorio, los paras y el Fondo Ganadero quemaron los ranchos de los campesinos desplazados y se apropiaron de por lo menos 130 lotes. Pero él no fue el único, y según Osorio, el Fondo Nacional Ganadero, Fedegan, también tuvo relaciones con los paras. “Es imposible desligar a ese gremio ganadero con las Autodefensas Unidas de Colombia. Generalmente, en los comités de los diferentes departamentos tienen o tenían apoyo de quienes estaban al frente de los grupos de autodefensa. De ninguna manera se puede separar a Fedegán de las autodefensas unidas de Colombia”.
Benito Osorio fue amigo del presidente de Fedegan, José Félix Lafaurie, quien salió salpicado tras el testimonio del exgobernador encargado oriundo de San Pelayo.
Según Osorio, Lafaurie intervino directamente en la elección de Mario Iguarán como fiscal general de la Nación en 2005. Aquel año, el presidente de Fedegan llamó a Osorio en julio de 2005 para pedirle que lo recogiera en el aeropuerto Los Garzones de Montería. “Me dijo que él tenía una reunión privada con Salvatore Mancuso. De hecho, lo contactó, lo contactamos y Salvatore Mancuso puso como sitio de reunión la casa donde él había vivido con su exseñora esposa Doña Marta Dereix en el barrio La Castellana”.
Hoy, en el Reporte Coronell, el periodista expuso el caso de Lafaurie y sus nexos con Salvatore Mancuso y su incidencia en la elección de Mario Iguarán.
Lafaurie le habría pedido a Salvatore Mancuso que interviniera en favor de Mario Iguarán. Así lo narró Osorio ante la JEP: “Mono, yo vengo de parte del Gobierno nacional, de parte de Sabas Pretelt de la Vega. Ellos consideran que el fiscal general de la Nación debiera ser Mario Iguarán y no Jorge Pretelt porque Mario Iguarán será mucho más benévolo para ustedes porque él conoce muy bien la ley de Justicia y Paz que él mismo ayudó a construir”.
Un hecho que causa curiosidad es lo que cuenta Osorio sobre la Corte Suprema de Justicia. Según el exgerente del Fondo Ganadero de Córdoba, Lafaurie, por intermedio suyo, le envió los contactos a Mancuso de los magistrados de la Corte encargados de escoger al nuevo fiscal. Esos contactos incluían una “cantidad de nombres de miembros de la corte suprema de justicia, donde aparecían sus teléfonos celulares, sus amigos políticos, sus amigos personales, sus direcciones y otros datos con el fin de agilizar para que pudieran ser ubicados”.
Al final Mario Iguarán terminó siendo elegido fiscal general y estuvo en el bunker entre el 1 de agosto de 2005 y agosto de 2009. Recién llegado a la Fiscalía, Iguarán nombró a María Fernanda Cabal, esposa de Lafaurie, como directora de Asuntos Internacionales.
Osorio cree que Iguarán sí supo del lobby que se hizo a su favor, pues poco antes de ser nombrado fiscal, lo encontró en el despacho de la directora de fiscalías del departamento, y le pidió ayuda con su caso, pues para esa época lo habían denunciado por sus relaciones con los paras. Iguarán le respondió: “tranquilo que le ayudamos”.