La amenaza parece cumplirse: Los embalses que surten de agua a Bogotá llegaron a niveles mínimos lo que obliga a la alcaldía de la ciudad a racionar en todos los sectores de la capital, excepto en Usme, cuya agua proviene de un embalse diferente cuya capacidad, si bien ha disminuido, permite que sus usuarios sigan contando con el servicio de manera normal.
Chuza y San Rafael, los dos embalses que conforman el sistema Chingaza están hoy en un 16%. Con esa cantidad, los bogotanos solo tendrían agua para 54 días.
Con el racionamiento de agua en la ciudad más grande Colombia, se hacen realidad todas las predicciones sobre las consecuencias del Fenómeno del Niño que hasta hace pocas semanas azotó el país. La temporada de lluvias que ya empezó, no ha sido suficiente para aumentar la capacidad de los embalses.
La forma en que se aplicará el racionamiento no ha sido presentada aún por la Alcaldía Mayor. La duración del racionamiento dependerá de qué tan generosos sean los aguaceros y qué tanto ahorren los ciudadanos.