Opinión: Kico Becerra
Lo único que nos faltaba era un escándalo de corrupción en las fuerzas armadas.
Nuestro ejército, después del vergonzoso episodio de los falsos positivos, había logrado constiturse en la institución de más credibilidad para los Colombianos, y no es para menos, valiente en la lucha contra los bandidos, respetuoso de la democracia, magnánimo en la búsqueda de la paz.
Lo sucedido en estos días, cuando fue despedido un General por estar involucrado en delitos de concusión, avergüenzan a la institución y le hacen inmenso daño a la Nación.
Ojalá hagan prontas investigaciones que aclaren y sancionen ejemplarmente a los involucrados.
Nos corresponde a los ciudadanos no caer en el facilismo de que, por este hecho puntual, dedicarnos a desprestigiar a nuestras heróicas fuerzas armadas; en ellas está soportada la legitimidad institucional.
Basta con pensar que, mientras leen este susurro, hay un puñado de compatriotas, verdaderamente patriotas, defendiéndonos del crimen organizado y haciendo soberanía en los rincones más lejanos del País.
La inmensa mayoría de los oficiales y soldados de Colombia son un ejemplo para el mundo y es deber de los ciudadanos de bien, exaltar con orgullo sus virtudes y no dejar mancillar su honor.
Ñapa: Que emoción y enseñanzas nos han dado nuestros paisanos Farah y Cabal; son la demostración de lo que podemos hacer con disciplina y fe en lo que hacemos.
No podemos los Vallecaucanos ser pichicatos en el homenaje que les debemos hacer.
Director: Habib Merheg Marún