Por Mao Escribidor
Llevamos meses evaluando el comportamiento del virus y tratando de controlar los contagios, mientras vemos como la economía recibe golpes bajos que ha puesto a miles de comerciantes a cerrar sus puertas, generando la ola de desempleo más grande de la historia.
La llegada de las vacunas ha generado todo tipo de cuestionamientos, muchos ellos inciertos y con poco fundamentos, pero el más absurdo de todos, es creer que por haber llegado las vacunas, vamos a disminuir el número de contagios. Nada tiene que ver una cosa con la otra, los contagios sólo se controlarán en la medida que se apliquen las normas de aislamiento.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, ha decidido anular el Pico y Cédula, medida que también ha sido adoptada por otros alcaldes a nivel nacional, buscando de esta manera dar un respiro a la economía local, incentivando la salida de sus habitantes para estimular las ventas y recuperar en algo, la oferta de empleo.
La polémica sobre si debemos sacrificar salud por economía, ha sido el debate nacional entre quienes abogan por el bienestar de los colombianos y los que están a favor de reactivar los empleos y la economía, seguirá su curso, pero ahora desde la libertad de salir sin restricciones en las principales ciudades de Colombia.
Ya este ejercicio se ha hecho en los pasados meses e infortunadamente los resultados no han sido favorables, terminando siempre en una nueva confinación y el sabor amargo de la ciudadanía. Esperemos que en esta ocasión el resultado no sea el mismo y que todos entendamos que esa libertad está condicionada al comportamiento de los habitantes de cada ciudad.