Por Francisco Mejía
Centrándonos en lo que decíamos en el artículo anterior, en el caso nuestro, puedo decir que Colombia ha sufrido dos choques: uno es el de coronavirus y el otro la caída del petróleo. La combinación de factores ha hecho que estemos viendo una situación bien compleja en lo económico y en lo social que, se expresa en el la volatilidad en la tasa de cambio y una mayor propagación del virus, aunque se siente más calma en este último aspecto. Opino «que cada célula del cuerpo reacciona a todo lo que le dice la mente. La negatividad es una de las razones que más debilitan al sistema inmunológico«.
Respecto al petróleo necesitamos un acuerdo de la OPEP que acuerden una reducción de la producción petrolera, pero para eso estamos muy lejos y es una situación que genera mucha incertidumbre. Del coronavirus es posible que no se hable más allá de la mitad de año, pero del precio del petróleo podríamos lamentablemente seguir hablando más allá de junio. Así las cosas, ¿Estamos ante una inminente recesión? El coronavirus ha afectado mayormente al sector turístico y las aerolíneas y tendrán que refinanciar sus deudas con las entidades bancarias y de darse esta situación en muchos otros sectores podría desatarse una recesión global por la vía del sistema financiero. Los precios bajos del petróleo podrían hacer que algunos productores en Estados Unidos, Europa y el mismo China se puedan quebrar y si esto pasa, tampoco podrán pagar sus deudas al sistema financiero. El impacto económico termina traduciéndose en una crisis financiera, entonces los que hablan de una posible recesión, se refieren a un impacto vía canal financiero.
La economía se recupera, las vidas no.
Coincido con los diferentes analistas que debemos hacer todo lo posible por contener el virus y evitar que su crecimiento colapse el sistema de salud; esto solo se alcanzara con decisiones de auto regulación y restricción en movilidad y la cuarentena por diecinueve días anunciado por el gobierno nacional. De aquí la importancia que las medidas adoptadas por la Nación, para atenuar la situación que se avecina y que impactara en especial a los mas vulnerables, no solo sean las que han salido en los diferentes decretos de emergencia económica o medidas de choque como las hemos llamado. En ese orden de ideas, abogamos porque estas tiendan principalmente a proteger la vida humana, a mantener la seguridad alimentaria, y la distribución de la comida a todas partes del país, que los recursos que se van a destinar a la pandemia sean para proveer medicamentos e infraestructura hospitalaria para los afectados con el COVID-19 y por supuesto un gran respaldo económico y social a las empresas en lo que se conoce como economía de guerra:
FORTALECER LO QUE SE PRODUCE EN EL PAÍS VÍA ALIMENTOS Y MATERIA PRIMA QUE INHIBA LA IMPORTACIÓN DE OTROS PAÍSES. INCLUSO QUE SE FABRIQUEN PRODUCTOS HOSPITALARIOS POR EMPRESAS NO DEDICADAS A ELLO.
Con la Emergencia Económica y Social de Duque, se han dictado medidas para proveer recursos para el sistema de salud y atender requerimientos en materia hospitalaria. Con estos recursos y la simplificación de trámites, se acelerará la implementación del programa de Punto Final. En segundo lugar, giro adicional para los mas de diez millones de colombianos beneficiarios de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor. En tercer lugar, reconexión del agua a mas de doscientas mil familias que lo tienen suspendido por falta de pago. Se acelerará el programa de devolución del IVA a los más vulnerables del país para aliviar el pago de las cuotas de créditos para los próximos meses, todo esto es necesario y plausible pero no suficiente.
Se habla que el gobierno nacional ofrecerá cobertura a través del Fondo Nacional de Garantías para que pequeñas y medianas empresas puedan acceder a las distintas líneas de créditos con el sistema financiero. Pero sorprende que todo esto ya había sido anunciado por las diferentes entidades financieras, vía aplazamiento en términos de prorrogas, de capital, de intereses, leves rebajas en tasas de interés, en tarjetas de crédito, etc., pero por ningún lado el Gobierno habla de la declaratoria de una moratoria que bien podría ser acordada en combinación con la Superintendencia Financiera, y la Banca en general, atendiendo a que en el pasado el Gobierno de entonces, decreto el hoy conocido cuatro por mil y nos parece que lo más justo seria devolverle a la sociedad la posibilidad de mantener sus negocios, los empleos que genera, y el bienestar de la sociedad en general.
También estoy de acuerdo que en el marco de la declaración de la emergencia nacional se tenga en cuenta el sector informal que a decir del DANE la informalidad es del 48,2%, lo que significa alrededor de seis millones de trabajadores que día a día trabaja para generar ingresos y darle bienestar a sus familias. Por ello, considero se debe decretar UN INGRESO BÁSICO MENSUAL TRANSITORIO para quienes trabajan como independientes y no son beneficiarios de ningún tipo de subsidio (artistas, taxistas, esteticistas, entre otros).
En lo que tiene que ver con las reformas estratégicas que se deben tramitar, vuelvo a insistir en la necesidad de adelantar un Gran Pacto Nacional por la reconstrucción del país donde estén incluidas:
- Restructuración de las finanzas públicas y el desempeño fiscal
- Repensar la estructura del estado (ejecutivo, legislativo y judicial)
- La justicia y la lucha a fondo contra la corrupción
- Régimen pensional y laboral
- La educación y la salud (financiación del nuevo modelo de salud que reemplace la ley cien)
- Emitir TES para recoger deuda en dólares y de esta manera no aumentar el endeudamiento nacional
Todas estas medidas y una vez conjurado la pandemia del coronavirus, debe obligar a sentarse al gobierno con los partidos políticos, los gremios, y la sociedad civil para delinear un mejor futuro de la nueva Colombia. Esto no es una utopía, ya hemos visto como el Presidente de la Republica se ha venido reuniendo con actores nacionales para contener la pandemia y acordar una estrategia conjunta de aislamiento con la Alcaldesa de Bogotá, el Alcalde de Medellín y los Gobernadores de la Región Central (Cundinamarca, Boyacá y Meta). ¿Esto mismo no podría seguir haciéndolo el presidente Duque con las otras regiones del país indagando cuales son las necesidades mas apremiantes para alcanzar el bienestar general y de esta manera sustituir esos diálogos informales que se venían adelantando sin obtener ningún resultado palpable para responder a las marchas de disconformidad?
Quiero como reflexión final que entiendan los líderes del sector público y privado que los colombianos mas afectados son los que no tienen ahorros, la Colombia informal, que el mayor impacto será sobre el empleo y la mayoría de la población; los trabajadores independientes también van a perder sus ingresos y como todos van a comprar menos producto, caerán las ventas de las empresas, cierre de plantas y negocios, y reducción de trabajadores que perderán sus ingresos y compraran menos y así crecerá la bola de nieve hasta llegar a una recesión generalizada. La cooperación global es clave para esta reactivación como dice Yuval Noah Harari.
Director: Habib Merheg Marún
