Por Mauricio Marulanda
El planeta entero está experimentando un nuevo evento mundial llamado COVID-19, un virus que nos tiene en jaque como especie y que obliga a todos, desde gobiernos hasta personas del común, a vivir una experiencia para la que no estamos entrenados.
Tomando como base a Bogotá, la ciudad capital que cobija a cerca de 8 millones de colombianos con sus municipios aledaños, la alcaldesa Claudia López, presentó un balance bastante claro y certero con respecto a las medidas que se están tomando para enfrentar a la pandemia.
Ante todo, debemos preservar la vida de los colombianos, mantener el confinamiento obligatorio y generar conciencia en la ciudadanía de la importancia de resguardarnos, para lograr que la curva de contagios se estabilice.
No hay cura para el virus, eso debemos dejarlo claro, pero en la medida en que los pacientes críticos puedan ser atendidos como debería ser, las probabilidades de muerte se hacen más bajas. Sí los contagios aumentan, simplemente no tendríamos la manera de ofrecer a los infectados en etapa avanzada, una manera correcta de salvar sus vidas.
De ahí la importancia que el gobierno cubra las necesidades de respiradores y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) para atender al menos a dos mil pacientes de manera simultánea.
¿Hasta cuándo vamos a estar
en confinamiento obligatorio?
El confinamiento más que obligatorio, debe ser una medida de responsabilidad social de todos y cada uno de los colombianos, siento que en este punto de la pandemia, todos sabemos las consecuencias de exponerse al contagio. Las cifras en Italia y Estados Unidos, hoy nos sirven de reflejo para entender que está en juego la vida de todos en el planeta.
¿Cómo vamos a sobrellevar la
crisis sin trabajo y dinero?
Hoy más que nunca, se evidencia que cerca del 60% de la población colombiana vive de la informalidad, personas que consiguen sus ingresos a través de contratos de prestación de servicios, venta de productos o servicios o como intermediarios comerciales en los mercados existentes.
Sabemos también que el desempleo, que antes estaba en cifras del 12%, hoy se ha incrementado hasta un 16% (especulativo todavía) y de seguro seguirá aumentando con el paso de los días.
Y finalmente tenemos a un casi 25% de la población que conserva sus empleos (por ahora) y que cuentan con contratos legales en las distintas empresas del país, muchas de ellas en crisis.
¿Qué tan buenas son las
medidas del gobierno para
controlar la crisis económica?
Mese antes de enfrentar esta crisis, el gobierno Duque había pactado con el congreso y su Ministro de Economía, una estrategia de disminución de impuestos a las grandes corporaciones, buscando de esta manera, incentivar a los empresarios a abrir nuevas fuentes de empleo y reestructurando la base de los impuestos, para que la clase media aportará un poco más y así aliviar el posible vacío que se generaba en fisco. Pero con la llegada del COVID-19 las cosas cambiaron notablemente y los recursos que debió tener el país, producto de impuestos fue muchos más bajo.
¿La guerra del Petroleo entre
Arabia Saudita y Rusia nos
está afectando mucho?
El tema del precio del crudo en los mercados internacionales, se origina entre Rusia y Arabia Saudita, buscando evitar el fracking en todo el mundo. Ambos países dedujeron sus precios de venta de crudo, llevándolo a cifras tan bajas como USD$20 por barril, lo que a países como Colombia, en donde el precio de extracción por barril, puede estar en el orden de los USD$30 barril.
Lo que significa que todos los planes y proyecciones que se hicieron producto de la venta de petroleo, hoy no existen y no representan un ingreso para el país.
«La proyección de ingresos a las
regiones por regalías no van a llegar
producto del precio de petroleo en
los mercados internacionales»
Ahora ya son dos los elementos a considerar en nuestra economía: La disminución de ingresos por conceptos de impuestos a las grandes empresas y el precio internacional del crudo, que no genera utilidades a la nación.
¿Qué vamos a hacer sin recursos
para ayudar a los colombianos de
bajos recursos que no pueden salir
a la calle a trabajar?
El gobierno ya dispuso de unos 4 Billones de pesos para aliviar esta situación y presentó una propuesta para entregar $160.000 a cada familia necesitada. Por supuesto, las críticas llovieron por parte de la sociedad, la cual, con la crisis económica, vieron como los alimentos dispararon sus precios y esos $160.000 terminaron convirtiéndose en mucho menos, ante los precios especulativos de los productos de alto consumo de la canasta familiar.
Las regiones tendrán que echar mano
de las regalías que aún tienen, pero
las proyectadas nunca llegaran.
Los departamentos deberán tomar sus ahorros y recursos para destinarlos a la protección contra la pandemia y mitigar en algo las necesidades básicas de sus ciudadanos con el objetivo de no dejar morir de hambre a nadie. Esto significa que deberán suspender todo gasto innecesario en sus regiones y destinar los recursos, exclusivamente a la supervivencia de sus ciudadanos. Deberán sacrificar contratos en infraestructura, vivienda, cultura y turismo, para atender las necesidades primarias de la pandemia y alimentación de sus regiones.
¿Qué otras medidas extremas debe
adoptar el gobierno para salvar al país
de una guerra de hambre?
Es necesario hacer cambios drásticos ante una situación que nunca hemos vivido. El Estado debe entender que el peor escenario que puede presentarse en el país, es que las empresas cierren y los grandes capitales se vayan al exterior.
1 – NO DEJAR MORIR A LAS EMPRESAS
Debemos entender que existe un ciclo económico en el país, en donde ese 25% de los trabajadores formales, son la base de la economía que recibe ingresos constantes. Ese porcentaje es justo el que motiva la economía del 60% de la informalidad. Lo que significa que si cierran las empresas, ese 25% quedaría en la calle y se sumaría al grupo de desempleados del país, ocasionando una hecatombe económica sin precedentes.
El Estado deberá ofrecer a las empresas
créditos viables para estimular la economía
Cada empresa que cierre, producto de la crisis, será un golpe certero a la economía, que generará más desconfianza entre la población.
¿Cómo estimular la economía
si la gente no puede salir?
2 – CONFINAMIENTO RESTRINGIDO
Debemos aprender de las experiencias de otros países. El confinamiento total no es viable en ningún país del mundo. Corea de Sur, generó una estrategia, en donde al menos un integrante de cada familia, podría salir a trabajar, mientras los otros miembros de la familia, no sólo se cuidaban ellos, sino que cuidaban a aquel que fue destinado a salir a laborar.
Si al menos un miembro de la familia
puede salir a trabajar, se estimulará
en algo la producción y por ende
la economía del país.
Pero es claro que esta medida que aplicaron en Corea del Sur, funciona cuando la tasa de desempleo es baja. En el caso de Colombia, es importante que la economía informal tenga una inyección de capital de emprendimiento. El gobierno debe generar unos préstamos a largo plazo y ojala sin intereses para estimular a los pequeños comerciantes de la informalidad a abrir sus puertas con un plan de trabajo que les permita regresar a la formalidad, aún estando bajo la figura de confinamiento.
¿De dónde saldrían esos recursos
para estimular la economía?
3 – RECURSOS DE REGALÍAS Y EMISIÓN PRIMARIA
Colombia cuenta con unos ahorros de regalías por valor de USD$ 3.700 millones de dólares en el exterior. Estos dineros deberán transferirse al Estado para aliviar y solventar la situación del país, fortaleciendo al Fondo Nacional de Garantías para garantizar a la banca privada a realizar préstamos a la ciudadanía, siendo el fondo el garante de esos préstamos.
Sí esto no fuera suficiente, el gobierno deberá autorizar la emisión primaria (imprimir dinero desde el Banco de la República) e inyectarla en los mercados, proporcionando fluidez de efectivo para activar la economía.
4 – REDUCCIÓN DE SALARIOS EN EL GOBIERNO
La reducción de gastos del Estado
debe ser obligatorio y debe comenzar
con el congreso de Colombia
El país debe entender, desde el congreso, que estamos afrontando una crisis nunca vista y que el sacrificio debe hacerse desde todas las aristas del Estado.
Las prebendas de los congresistas deben suspenderse, la austeridad debe ser real para que todo el país este acorde a las necesidades primarias de la nación. Escoltas, viáticos, subsidios e incluso salarios de congresistas deben ser reducidos considerablemente en al menos un 40% del valor actual. Obedeciendo en parte a un clamor de la sociedad que por años, se ha convertido en una petición y una exigencia de la sociedad.
No se puede pedir al pueblo que aguante la crisis, sin demostrar solidaridad ante una crisis que nos afecta a todos.
5 – HONESTIDAD Y TRANSPARENCIA
Ante toda crisis, no faltan los oportunistas que esperan la oportunidad para sacar beneficio de la situación. Colombia tiene un amplio historial de corrupción que nos llevó a los titulares de medios internacionales como una nación mafiosa y corrupta.
Los LOBOS de la corrupción están a
la espera de oportunidades para tomar
su tajada y el Estado no puede ser
indiferente ante esa realidad
Aunque muchos piensen que ante una crisis, nadie sería capaz de tomar ventaja de la situación, debemos ser honestos y aceptar que vivimos en medio de una horda de LOBOS que aprovechan la situación para su beneficio y que estarán atentos a esos capitales para ver la manera de tomar su porción y burlar al país.
Ya vimos como las iglesias cristianas buscan desesperados un auxilio del gobierno para su beneficio, igual se evidenció que la DIMAYOR también busca el respaldo del gobierno y vendrán muchos más que, lejos de presentar propuestas que fomenten el estímulo laboral, sólo buscan el beneficio particular con fondos de todos los colombianos.
Podemos salir de esta crisis en la medida que cambiemos nuestra forma de actuar ante ella, aceptando que de no hacerlo, el futuro del país se verá afectado por una guerra de hambre (literalmente), en donde cada quien saldrá a las calles a sobrevivir a cualquier costo.
Buena salud para todos y tengamos la esperanza alta, la unión de ideas y esfuerzos en la solución ante la crisis.
Director: Habib Merheg Marún