Médicos, enfermeras y en general, trabajadores de la salud, han sentido como son discriminados por parte de arrendatarios y prestadores de servicios, por el simple hecho de laborar en hospitales y centros de atención a la pandemia del COVID-19. Ya varias demandas han sido instauradas por parte de trabajadores de la salud, que con tristeza son víctimas de la sociedad, que hasta en el transporte público, demuestran su rechazo por ellos. ¿Qué clase de miedo es ese?
“Si usted es médica, no le puedo
arrendar el apartamento porque
puede traer el virus al edificio”.
Esta fue la respuesta que recibió Juana Caicedo de parte del propietario de un apartaestudio al que ella pensaba trasladarse en razón a que trabaja en el área de urgencias de una clínica en Bogotá para proteger a sus padres de edad avanzada.
La médica cuenta con frustración que el arrendador incluso le había dado el aval antes de que ella le revelara el motivo de su traslado, “pero me discriminó por el solo hecho de mi profesión, algo que me dejó muy decepcionada”.
Es indispensable que la ciudadanía entienda que, los trabajadores de la salud están corriendo muchos riesgos durante su labor en hospitales y centros de atención y que lo último que esperan, es que la sociedad los discrimine por hacer su trabajo.
Necesitamos más apoyo, menos ignorancia y más cordura de todos.
Director: Habib Merheg Marún