Por Mao Escribidor
José Paiva Virguez, no era un reconocido miembro del Centro Democrático o de alguno de los partidos tradicionales de Colombia, ni mucho menos ministro o alto funcionario del gobierno Duque y por esa misma razón, para a ser otro asesinado por manos de un entramado político del que no hay pistas y que la igual que sus otros 258 compañeros, exmiembros de las FARC es asesinado de manera brutal sin que este gobierno se inmute por el hecho.
José Paiva Virguez es sólo una cifra más para un Estado corrupto e indolente, al que estos casos de exguerrillero asesinados no le quita el sueño y hasta podría pensarse que, producto de la indiferencia de la justicia, causa cierto alivio que estén desapareciendo, producto de un proceso de paz que no refleja justicia.
El discurso trillado de la fiscalía y el gobierno Duque, no podría ser otro distinto al de, abriremos una investigación exhaustiva para determinar e identificar a los culpables. En esos procesos chimbos llevamos casi 20 años y el mismo libreto pasa de presidente a presidente, haciéndonos creer que están investigando.
Acorde al Centro Democrático, la JEP no sirve para nada y debe ser desmontada, el acuerdo de paz debe ser eliminado o reformado a conveniencia del partido de gobierno y los entes de control del país, deben dejar de investigar al exsenador Álvaro Uribe Vélez, quien no ha hecho otra cosa que luchar por las causas sociales de nuestro país.
Ahora que la JEP anuncia que la cifra de falsos positivos se triplicó y que al parecer Álvaro Uribe deberá responder ante la justicia, el mismo Centro Democrático acude a la más baja de todas sus acciones, pedir que se investigue a Juan Manuel Santos por habier sido uno de los ministros de defensa del gobierno Uribe. Olvidando que también lo fue nuestra querida, honesta y transparente vicepresidenta Marta Lucía Ramírez. En definitiva cada tiro que lanza el Centro Democrático es tan absurdo y equivoco que, sólo podemos sentarnos a reírnos de su capacidad de generar estrategias que los pone más cerca de la justicia.
No sólo estamos frente al peor gobierno de la historia de Colombia, sino que ahora y producto de los escándalos que todos los días se dan a conocer, el Centro Democrático decide jugarse la última carta de cara a la dictadura democrática, proponiendo una extensión del periodo de Duque de dos años más, para poder unificar las elecciones, permitiendo así, que alcaldes, gobernadores, congreso y presidencia se elijan en la misma fecha.
El Plan Macabro
Sabemos, porque así lo han aceptado muchos políticos en Colombia que la compra de votos es una realidad inevitable, producto de nuestra idiosincrasia, eso dijo un prominente jerarca de la costa Atlántica, en entrevista con la honorable y transparente Vicky Dávila.
Ahora imaginen el escenario que les voy a plantear, para que TODOS entendamos la jugada magistral que plantea el Centro Democrático. En un país donde se compran votos, ¿Qué pasaría si por los mismos $50.000 pesitos convencen a los votantes de entregar su voto en beneficio de la bancada? Permítanme explicarlo mejor. Por los mismos $50.000 usted, como votante primario, recibe una lista para votar por alcaldía, gobernación, congreso y presidente. SERÍA GENIAL y la plata que se ahorrarían por cada elección, es más, hasta podría subir la tarifa y ofrecer $100.000 por el paquete completo.
De esta manera y gracias a las grandes inversiones de quienes apoyan los partidos más poderosos del país, podrían asegurar el inicio a una dictadura democrática que les permite, con mucho honor, asegurar que el país entero apoya a su partido y tendríamos para el próximo gobierno el dominio total de ese o esos partidos. ¿Cómo les quedó el ojo? Un plan Macabro.
¿Qué pasaría si pierde
el Centro Democrático?
En los últimos cinco años, Colombia ha estado viviendo un proceso de maduración social y política, los colombianos dejaron de tragar tanto cuento y están despertando de esa irrealidad que nos han vendido, realidad que ha logrado endiosar a muchos personajes corruptos y criminales de la política nacional y que, con el paso de los días, va desenmascarando a los invisibles de la corrupción, que poco a poco han quedado al descubierto.
Duque se encargó de poner en los entes de control a sus amigos, queriendo así evitar que los tentáculos de la justica llegarán a su destino final, pero la mezcla de todos estos fenómenos que cada día son denunciados en las redes sociales y algunos medios de comunicación, ha despertado la consciencia de muchos colombianos, que dejaron de tragar entero y ahora cuestionan a los jerarcas de la política colombiana.
El temor más grande de Uribe es que Gustavo Petro llegue a la presidencia, porque el ladrón juzga por su condición y en la cabeza de Uribe sólo existe una realidad: «Que Petro buscará en las cortes a jueces y magistrados honestos que lograrían poner en prisión a Uribe y sus cómplices». Esa bobadita de pesadilla no lo deja dormir en paz, imagino que el caso de Alberto Fujimori, hoy en prisión, después de haberse vendido como el héroe que derrotó la guerrilla en Perú, le genera dolor de cabeza.
El país está hoy, jugándose el futuro de la economía, el futuro de la honestidad y el cambio, la esperanza de una nueva Colombia sin tanta corrupción.