Por Habib Merheg Marún
Sofía tenía un año y medio. Juan Esteban,
un poco menos de 3 años.
Fueron asesinados.
Seguro que la avalancha de noticias trágicas ya relegó su crimen a segundos o terceros renglones porque a nuestros medios de información, la realidad los obliga a remplazar de sus páginas asesinatos con otros asesinatos, robos espectaculares con otros peores, tragedias con tragedias, en fin. No alcanzamos a asimilar una noticia escabrosa cuando al momento nos estamos enterando de una peor.
Debe ser por eso que cierta insensibilidad nos va habitando. Un apuñalamiento con posterior muerte de un pasajero de un bus por robarle el celular, no nos conmueve ya. Y si la escena queda grabada en video de alguna cámara de seguridad (que de seguridad, poco), o de algún infame loco que es capaz de grabarla y difundirla, corremos a verla una y otra vez en las redes. Ya que no hay muertos en el cine, pues están cerrados, veamos muertos de verdad. Crímenes que ya no nos producen nada.
Parecemos inoculados de indiferencia. Por mas que diariamente la realidad del mundo nos manda golpes para llamarnos la atención de que algo estamos haciendo muy mal como sociedad, aprendimos a esquivar esos golpes y creemos que vamos ganado la pelea. Ilusos. Ya estamos vacunados contra las crueles realidades. Pero hablar de “sociedad” es hablar de todos y de ninguno. No. Hace rato que es hora de que cada uno nos miremos como componentes de esa sociedad que engendra monstruos. Y hacer algo al respecto.
En Pereira, a Juan Esteban de dos años y 8 meses, su propia mamá lo mató clavándole un puñal en el pecho, dice el reporte policial.
En Rionegro, a Sofía, la encontraron asesinada. Tenía un año y seis meses. Su padre es sospechoso, según las autoridades.
Brutal
Cada que un hecho de estos ocurre sobran las explicaciones: Que la locura, que el consumo de drogas, que la venganza … Esto no tiene ninguna explicación. Ninguna. Por más que como sociedad seamos capaces de dominar hasta las pandemias mas agresivas, mientras no superemos actos como estos no habrá mucho de qué sentirse orgulloso.
Esta vez, por la gravedad de los hechos, nos dimos cuenta. Pero los cientos de Sofías y de Juanes Esteban que no tendrán Navidad por culpa del maltrato de sus mayores, merecen mas que una pasajera nota en la prensa.
Director: Habib Merheg Marún