Hanna Maliar, viceministra de defensa de Ucrania, anunció a través de sus redes sociales que un soldado de su país se sometió a una complicada cirugía para retirarle una granada que había sido lanzada por el ejército ruso y se quedó atorada en su pecho.
La cirugía fue realizada por médicos militares ucranianos, quienes lograron retirar con éxito una granada VOG-25, un explosivo fabricado por los rusos en los años setenta. La granada se encontraba activa y podía estallar en cualquier momento, por lo que en el procedimiento hubo presencia de soldados de la unidad de antiexplosivos.
El procedimiento fue dirigido por Andrii Verba, médico del ejército ucraniano de 57 años. Las autoridades de ese país informaron que cuando la granada fue lanzada estaba activa y lista para explotar, pero al entrar al pecho del soldado su sistema falló, por lo que no estalló. Sin embargo, siguió estando activa durante la cirugía.
Luego del procedimiento la granada fue desactivada por los militares ucranianos de la unidad de antiexplosivos.