Opinión: Kico Becerra
Los habitantes de Cali no somos conscientes del gran privilegio de estar a 100 kilómetros del mar Pacífico y de sus encantos.
Este fin de semana fuimos al avistamiento de ballenas jorobadas. Maravillosos animales mamíferos que suben desde el polo sur a procrear a nuestras costas, con preferencia en Bahía Málaga.
A dos horas y media de Cali se llega a Buenaventura y se embarca rumbo Juanchaco. Se visitan las cascadas de la Sierpe, donde se disfruta del baño en esa macro ducha natural y después a las Tres Marías, que son piscinas naturales en un mágico riachuelo que desemboca en el mar.
Ver las ballenas yubarta, con sus ballenatos saltando al lado de las lanchas, es una maravillosa experiencia para todas las edades.
Normalmente me devolvía el mismo día; esta vez me quedé dos noches en el hotel Agua Marina, con todas las comodidades, aire acondicionado, piscina y jacuzzi y, limpio al extremo.
Cuando se pasa por el deteriorado Juanchaco, que está igual como hace 30 años y se empieza a subir para ladrilleros, dan ganas de devolverse, pero, cuando se llega al hotel con jardines llenos de orquídeas que lo atiende Janio Álvarez, su propietario, se siente en sitio turístico de alta calidad.
Si alguien merece un reconocimiento al mérito turístico es Janio, quien además tiene el hotel de la Isla Gorgona, donde iré en octubre a entregar 5000 tortugas pequeñas al mar.
Ñapa: La experticia marina del Capi Pacho Buenaventura y su música con sonidos de ballenas, hacen del avistamiento un rito sublime de respeto por esos especiales animales, que uno no se explica cómo los japoneses los matan para explotación económica.
Ñapita: De la doble calzada Buga Loboguerrero B/ventura, ni sombra de que se termine. ¿Hasta cuándo? En este gobierno tampoco será. Llevamos los gobiernos de Pastranita 4 años, Uribe 8 años, Santos 8 años y estos 4 de Duque, es decir 24 años en 110 kilómetros para llegar al puerto más importante de Colombia.
El Valle del Cauca, no pesa nada a nivel Nacional. Oíste vee.
Sí, se está acabando la vía Cali a Palmira, llevándose la plata del peaje para otra parte y no ha habido poder político que logre cese este abuso. ¿Qué esperanza nos queda, Vallunos, zoquetes? no servimos sino para pelearnos entre nosotros.
Director: Habib Merheg Marún