Por Mao Escribidor
Por los pasillos del congreso y de la Casa de Nariño se rumoran muchas cosas, entre ellas, las intenciones del exsenador Uribe que busca de alguna manera enamorarnos de Tomás, su hijo mayor, para llevarlo a la silla presidencial. Por supuesto, el estratega político no tiene esos planes para el 2022, pero si es evidente que Tomacito debe seguir la línea política de su padre y aprovechar la ingenuidad de tanto pendejo para impulsar a su hijo y mantener el linaje presidencial en su hogar.
Tomacito Uribe, al que todos conocemos por su gran fortuna, producto de la venta de manillas y compra de terrenos que de la noche a la mañana multiplican su valor producto de su experiencia en el campo de bienes raíces. Ese Tomás Uribe está listo para incursionar en las grandes ligas del Centro Democrático y ya está lista la estrategia para dar sus primeros pasos en el gobierno Duque.
Todo depende de nuestra vicepresidente Marta Lucía Ramírez, quien de lanzarse a la presidencia, dejaría su cargo y es ahí, justo en ese momento, en donde Tomacito podría ser nombrado vicepresidente para darle inicio con pie fuerte a su carrera política.
Ustedes pensaran que Duque no sería capaz de hacer algo así, pero se sorprenderían al saber que la orden vendría de mucho más arriba y una vez emitida, será una realidad que todos terminaremos aceptando, porque es decisión propia del presidente.
Terminados esos casi dos años de vicepresidencia, en la cual veremos cantidad de actos políticos por parte del joven uribista, en busca de ganar imagen ante la sociedad y estará en titulares de la revista SEMANA con entrevistas exclusivas de la afamada Vicky Dávila, quien resaltará las bondades del joven y transparente Tomás Uribe, que se abrirá paso en la carrera política de Polombia.
Así que ojo con Tomás Uribe que ya puede estar mucho más cerca de la presidencia de lo que muchos creen, porque el Centro Democrático no ha pensado, ni por instante, abandonar sus intenciones de controlar la Casa de Nariño.