En el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá se realizó una ceremonia para entregar, a su familia, el cuerpo de Ricardo Arias Ardila, quien desapareció en abril de 2014 en Fusagasugá, Cundinamarca, en el marco del conflicto armado.
En el momento de su desaparición, Ricardo Arias no militaba políticamente. Sin embargo, era un líder comunitario y religioso en su municipio. Según la Jurisdicción Especial para la Paz, habría sido desaparecido por un grupo al margen de la ley después de que él se negara a pagar una extorsión.

Según la JEP, el 2 de mayo de 2014 el cuerpo de Ricardo fue ingresado como no identificado al Cementerio Católico Centra de La Dorada, Caldas, después de que fuera abandonado en el barrio La Fortuna de ese municipio, a casi cuatro horas de su residencia.

En el año 2021 la magistrada Reinere de los Ángeles Jaramillo, magistrada de la JEP, ordenó proteger, con una medida cautelar, 48 lugares en los que pudieron ser enterradas personas desaparecidas, incluyendo el cementerio de La Dorada, donde efectivamente la Unidad de Búsqueda de Personas recuperó 22 cuerpos.
En el año 2024 el Instituto Nacional de Medicina Legal realizó un procedimiento forense que permitió identificar el cuerpo de Ricardo Arias. Posteriormente, en enero de 2025, Richard Arias, hijo de Ricardo, realizó una solicitud ante la Unidad de Búsqueda de Personas para hallar a su padre. Tras realizar la comparación genética, se confirmó el parentesco.
Tras casi once años de búsqueda, la familia de Ricardo Arias recibió su cuerpo para realizarle una ceremonia de sepultura en un cementerio de Bogotá.