La indisciplina social en Cali sigue siendo el principal combustible para que la covid-19 llegue a más rincones de la ciudad. No hay fin de semana que, a pesar de la ley seca y toque de queda, las autoridades salgan en manada a intervenir fiestas caseras y reuniones masivas, incluso velorios de hasta cien personas en plena pandemia.
La Policía tiene que lidiar con los negacionistas del virus, aquellos que no creen que el poder de la existencia del coronavirus y tratan de seguir con su vida normal, sin protocolos de distanciamiento, ni bioseguridad. Y como para ellos no existe amenaza alguna, la respuesta ante la ley siempre es agresiva.
Eso vivieron varios uniformados y personal de la Secretaría de Seguridad de Cali este domingo, cuando fueron agredidos por personas enfurecidas porque acabaron con dos velorios de más de 200 asistentes cada uno.
«En diferentes eventos, en particular en dos velorios, que eran acompañados cada uno por 200 personas, la Policía intervino llamando la atención por el incumplimiento de las medidas sanitarias. Al momento en que se dispersaban lanzaron objetos contundentes (piedras) contra los positivos de seguridad, lo que obligó la actuación policial», explicó el general Manuel Vásquez Prada.
La agresión contra los uniformados ocurrió en el barrio Laureano Gómez, ubicado en el oriente de la ciudad. Solo dos personas alcanzaron a ser capturadas en medio de la trifulca. En total, durante este fin de semana, la policía atendió 165 rumbas en vía pública y 387 fiestas que se realizaban en el interior de las viviendas. Se impusieron, además, 550 comparendos desde el viernes hasta el domingo.
Director: Habib Merheg Marún