Vicky Dávila se confesó en su columna de la revista Semana y relató la manera en que siendo apenas una niña de 6 años, fue abusada sexualmente por su propio tío en un episodio traumático, que produjo dolor, rabia e inseguridad. Y reconoció que no tenía la edad, el valor o la madurez para habérselo contado a sus padres y lograr que denunciaran a su agresor ante las autoridades.
Por eso, argumentó, a la peligrosidad de los criminales se suma el silencio que muchas veces las víctimas se ven obligadas a guardar por dos factores importantes: El temor hacía el autor del abuso y la vergüenza de afrontar esa realidad ante su familia y allegados.
“Sí a la cadena perpetua para violadores y asesinos de menores; sí, mil veces sí. Monstruos como Rafael Uribe Noguera y Luis Alfredo Garavito jamás deberían volver a la libertad, pues nunca dejarán de ser peligrosos”, concluyó la periodista, al tiempo que animó al presidente Iván Duque a que insista en pedir la aprobación de cadena perpetua para violadores de niños.
El testimonio de Vicky Dávila se suma a los de otras figuras públicas del país, quienes han admitido haber sido abusadas. En enero de 2018, la también periodista Claudia Morales contó en su columna en el diario El Espectador que fue violada por su jefe, a quien describió como “un hombre relevante en la vida nacional”, sin ofrecer más detalles.
En ese momento, Morales afirmó que “hoy reviso el momento que tengo grabado como una foto y no me arrepiento de haber guardado silencio”, y defendió la decisión de las víctimas que no denuncian por miedo a sufrir represalias posteriores.
En redes sociales, la periodista Claudia Julieta Duque también expuso su caso en enero de 2018, señalando como su agresor al exfiscal Alfonso Gómez Méndez. Posteriormente dijo a medios de comunicación que Méndez, bajo el efecto del alcohol, le puso la mano en la rodilla e intentó besarla. El exfiscal se defendió asegurando que “el hecho como ella lo plantea simplementer no existió”.
Director: Habib Merheg Marún