Por: Habib Merheg
La primera baja en toda guerra es la verdad. A través de la historia humana que es una historia de guerras para que haya paz, paradójicamente, los contrincantes muchas veces sin haber lanzado una piedra, una flecha, haber hecho un tiro o soltado el primer cañonazo, ya le han dado muerte a la verdad varias veces y por métodos que ni el más liviano de los códigos de guerra que han existido hubiera podido resistir.
Desde hace varios días los medios informan sobre la “inminente” invasión de Rusia a su vecina Ucrania. Obviamente los “otros” son los malos y los de acá, o sea nosotros, somos los buenos. Pero ¿en verdad hay señales serias de invasión? Y aquí arranca la primera muerte de la verdad porque las noticias que recibimos aún en estos tiempos de mega conexiones y de mega información, provienen de agencias y medios que son, por decir lo menos, afines a una de las partes llamada “occidente” como en la época de la Guerra Fría, que a decir verdad nunca dejó de ser tan guerra y menos de ser tan fría.
Para esas fuentes los rusos ya están a punto de invadir Ucrania y anexarla así a su ya inmenso territorio como hicieron no hace mucho con Crimea, una zona importante que Ucrania reclama para sí y que en un referéndum decidió irse con Moscú y dejar a Kiev.
Pero una mirada a medios “de allá” lo que permite entender es que lo que están haciendo es moviendo tropas dentro de su propio país -eso sí, a la frontera con Ucrania-, preparándose según ellos para el evento que la OTAN instale bases nucleares cuyos misiles puedan alcanzar a llegar hasta Moscú y eso no lo van a permitir así no mas.
La explicación es razonable: a nadie le interesa que su rival lo tenga a tiro de fusil. Y han amenazado con instalar bases similares en Cuba o en Venezuela como para que entiendan en carne propia su preocupación.
En medio de todo está la economía frente a la cual los asesinos de la verdad poco pueden hacer pues Rusia hoy es el proveedor del gas que Europa necesita y arriesgarse a que les cierren la llave por un asunto de la OTAN es un tema frente al cual no valen mentiras: el gas significa mantener la vida europea en muchísimos aspectos.
Hoy se están mostrando los dientes y ojalá que solo sea eso. Ojalá que tanta alaraca no sea verdad.