Un hombre es acusado de acceso carnal violento, la policía lo captura y lo lleva a un centro de detención. Allí el hombre muere a golpes y hoy la Fiscalía pidió la captura de 5 uniformados que estaban de turno en el lugar de los hechos, por considerar que participaron en la muerte a golpes del detenido.
Juan Pablo González era el nombre del sujeto acusado de violentar a una mujer a las afueras de una estación de Transmilenio en Bogotá y que pocas horas después de su detención apareció muerto en su celda.
Inicialmente se habló de suicidio, pero Medicina Legal confirmó que su muerte se produjo a causa de fuertes golpes recibidos: 50 lesiones en todo el cuerpo que incluyen fracturas producto de 27 minutos de golpes, dice el fiscal encargado. Además, dice el fiscal, el acusado fue víctima de torturas y tratos humillantes.
Los 5 policías señalados por la fiscalía, habían sido retirados de sus funciones y ahora deberán enfrentar el juicio. Ninguno aceptó los cargos.
El asunto tiene muchas incógnitas que deberá aclarar la justicia como, por ejemplo, qué papel real en la golpiza tuvieron los policías, si actuaron en ella, si no hicieron lo debido por evitarla o si la promovieron.
Mientras todo esto pasa, el caso de violencia contra la mujer víctima de González, pasó a segundo plano.