Como se ha vuelto habitual, el presentador de televisión y actual secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció en sus redes sociales nuevos bombardeos en aguas internacionales contra embarcaciones sospechosas de transportar estupefacientes.
En esta oportunidad Hegseth anunció tres bombardeos contra cuatro lanchas en el Océano Pacífco, dejando un saldo de 14 personas asesinadas y un sobreviviente, el cual fue rescatado por autoridades mexicanas.
“Ocho narcoterroristas hombres se encontraban a bordo de los buques durante el primer ataque. Cuatro narcoterroristas hombres se encontraban a bordo del buque durante el segundo ataque. Tres narcoterroristas hombres se encontraban a bordo del buque durante el tercer ataque. Un total de 14 narcoterroristas murieron durante los tres ataques, con un sobreviviente. Todos los ataques se llevaron a cabo en aguas internacionales”, aseguró Hegseth.
El estadounidense también anunció que las autoridades de México se encargaron de rescatar en altamar al sobreviviente:
“Respecto al sobreviviente, el USSOUTHCOM inició inmediatamente los protocolos estándar de Búsqueda y Rescate (SAR); las autoridades SAR mexicanas aceptaron el caso y asumieron la responsabilidad de coordinar el rescate”.
De esta manera, Estados Unidos ya ha bombardeado, desde septiembre, por sospecha de transportar drogas, al menos 14 embarcaciones, dejando un saldo de 57 muertos, de los cuales no se conoce la identidad o nacionalidad, ni la cantidad de las drogas que supuestamente traficaban y sin ser sometidos a un juicio.
Tampoco se ha informado a la opinión pública ni al Congreso de Estados Unidos sobre el origen de las embarcaciones, ni a quién o quiénes pertenecen, ni las ubicaciones exactas de los bombardeos.
Los bombardeos a supuestas “narcolanchas” y la muerte de 57 tripulantes han generado una discusión en la que participan autoridades y organizaciones internacionales. Por ejemplo, Human Rights Watch (HRW) calificó los ataques como «ejecuciones extrajudiciales». Mientras que la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos asegura que los bombardeos serán ineficaces a largo plazo y “sin efecto duradero, a pesar del enorme derramamiento de sangre”.
