“A los policías que estuvieron cautivos se les ponía un nylon para sujetarlos.” A pesar de que tenían diarrea “no podían ir al chonto entre las 6:30 p.m. y las 5:00 a.m. una vez se cerraba la puerta” y debían hacer sus necesidades en bolsas e incluso “en los recipientes donde comían”, confesó ante la Jurisdicción Especial de Paz -JEP- Marcos Alvis Patiño, quien en las Farc obedeció al alias de “Patequeso”, el carcelero de las Farc.
El 4 de Marzo, durante más de siete horas, el compareciente rindió versión ante la Sala de Reconocimiento de la JEP sobre los tratos crueles e inhumanos que sufrieron los policías en los dos campos de secuestrados que comandó, entre los cautivos estaban los policías de la toma de Mitú, ocurrida en 1999.
Su testimonio incluyó un reconocimiento de responsabilidad sobre los hechos que investiga la JEP en el marco del caso 01: Toma de rehenes y otras privaciones graves de la libertad cometidas por las Farc. Patiño, el segundo cabecilla del Frente 55, pidió perdón a las víctimas y realizó un detallado relato de los horrores de la violencia de la que él fue partícipe. “El daño que hicimos en esta guerra es demasiado grande”, dijo al reconocer los malos tratos que sufrieron víctimas de cautiverio.
Su respuesta llegó minutos después de que la magistrada Julieta Lemaitre, presidenta de la Sala de Reconocimiento, le leyera una solicitud del general Luis Herlindo Mendieta, víctima directa que estuvo en uno de los campos de secuestrados. “Él quiere que se reconozca que ellos estaban cerca de los marranos, les llegaba el olor constante, y que no tenían agua suficiente y los marranos sí. Tenían sed, se sentían humillados”.
“El secuestro era inhumano, denigrante y de las peores cosas que ha dejado el conflicto”, señaló el compareciente.