Como si se tratara de una película de acción, con terrorismo, confabulaciones internacionales y geopolítica incluidas, la noticia del avión iraní detenido en Argentina se desarrolla día a día con más sorpresas, más rumores, más especulaciones, pero pocas pruebas en medio de un expediente cerrado.

Se trata de un avión de carga de la aerolínea venezolana Emtrasur cuya tripulación es de nacionalidad iraní y con un plan de vuelo entre incompleto y sospechoso, según las autoridades de Buenos Aires.

La aeronave perteneció a la empresa iraní Mahan Air que según el gobierno de Estados Unidos es una empresa ligada a la Guardia Revolucionaria y está dentro de la lista de ese gobierno como organización terrorista.

La tripulación iraní y 18 venezolanos más que viajaban a bordo, permanecen en un hotel de la ciudad y sus pasaportes fueron retenidos por la fiscalía argentina mientras adelanta la investigación. Por el momento es un misterio el motivo por el cual el avión aterrizó en Eseiza (aeropuerto que sirve a la ciudad de Buenos Aires), con un plan de vuelo confuso y donde permanece sin combustible pues las dos empresas que surten las aeronaves en esa terminal se niegan a cargarlo por temor a las sanciones que los estadounidenses aplican a quienes tengan nexos comerciales con empresas que para ellos tienen nexos con terrorismo.

La historia del avión tiene, por ahora, más preguntas que respuestas. Como las buenas películas.

Habib Merheg Marún