Colombia ha regresado a ese pasado oscuro que alguna vez fue el dominio de los paramilitares en todo el país. Las distintas regiones del país se han visto en campos de batalla para todos los líderes sociales en el país, que por reclamar sus derechos han sido señalados de guerrilleros e izquierdistas, dejando un saldo de asesinatos sin precedentes en el país.
La pregunta sobre si regresaron los grupos de autodefensas al país es o no una realidad, se responde fácilmente viendo los titulares de noticias que día a día nos muestra una realidad a la que no podemos hacernos los de la vista gorda.
Desde el 19 de diciembre hasta hoy se han presentado ocho homicidios, dos atentados y una amenaza colectiva contra personas representativas en las comunidades.
De acuerdo con Francisco Barbosa, consejero presidencial para los Derechos Humanos, desde el 1° de enero de 2019 hasta el 17 de diciembre se presentaron 84 casos, una reducción del 25 % en comparación con 2018. Y, en este momento, sumando los 8 recientes, son 92, cifra menor a los 112 homicidios con los que terminó 2018.
Estos datos del Ejecutivo, según Barbosa, se basan en los de la Fiscalía General de la Nación y la ONU Derechos Humanos, quienes monitorean la situación permanentemente.
Las cuentas no coinciden con las investigaciones de Indepaz. El instituto calcula que en este mismo periodo han sido asesinados 235 líderes sociales, al menos nueve más que en 2018, y eso que aún no termina este año.
“Hay que detener el sistemático asesinato de los líderes sociales. Como Ministerio Público le pedimos al Gobierno convocar a la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad de manera inmediata y que se asegure su funcionamiento, pues la amenaza es latente y hay que contenerla”, manifestó el procurador Fernando Carrillo en plena Navidad.
Pero hasta ahora, sólo palabras de consuelo se escuchan salir de la casa de Nariño, porque la realidad es otra muy distinta, en Colombia reclamar por los derechos fundamentales de la sociedad se ha convertido en una amenaza para el gobierno que asegura querer proteger a sus líderes sociales, pero que en la realidad los mantiene distantes y expuestos a los asesinos de controlan las distintas zonas del país.
Director: Habib Merheg Marún