Bélgica es conocido por ser un país desarrollado, viendo la palabra “desarrollo” como un sinónimo de serenidad, moderación y seguridad. “Eso no pasa en los países desarrollados”, se escucha en un país como Colombia cuando los fanáticos del fútbol se salen de casillas en medio de las celebraciones o enojos.
Pues el Mundial en Catar demostró que sí pasa y Bélgica es un claro ejemplo. Luego del partido en el que Marruecos derrotó a la selección belga se presentaron violentos desmanes y disturbios en Bruselas, capital del país.
Según las autoridades, los responsables serían ciudadanos marroquís que habitan en Bélgica, quienes habrían empezado los desmanes en medio del partido, lanzando petardos y golpeando vehículos.
Luego del partido, decenas de personas salieron a las calles, muchas de ellas ocultando su rostro, y arremetieron contra vehículos, edificios y fuerza pública. Causaron incendios y se enfrentaron con las autoridades.
Los disturbios se disiparon luego de que las autoridades usaron agua a presión y gases lacrimógenos.