Por Mao Escribidor
Ayer desde las las 8 de la mañana salí con mi hija a la marcha en la ciudad de Cali. Llegué hasta la estación deportiva del Mio en el sur de la ciudad y ya habían unas tres mil personas mal contadas. Me sorprendió mucho ver un alto porcentaje de adultos mayores de 40 años, acompañados de sus esposas e hijos, eso me tranquilizó.
A las 8:30 comenzamos a marchar con destino a la Plazoleta del CAM donde está la alcaldía de Cali. Durante el recorrido me emocioné escuchando las arengas de los manifestantes, las danzas de algunas escuelas de baile y una variedad de carteles llenos de creatividad por parte de sus autores. Aquí les muestro algunos.
No hay cifras exactas de cuántas personas salieron a marchar en Cali, pero por las fotos y lo que reportaron medios de comunicación independientes, se estima que la cifra estuvo rondando el millón de personas.
Muy temprano en la mañana, miembros de la comunidad Misak se tomaron la estatua de Benalcazar y derribaron el monumento del legendario personaje. En conversación con uno de sus miembros esto fue lo que nos dijo:
«No es justo que se mantenga una estatua de un asesino que mató a miles de indígenas en el occidente colombiano, mientras que los verdaderos defensores de la conquista como los caciques, nunca han tenido importancia en la historia de Colombia».
La marcha que se tomó las famosa calle 5a. de Cali continúo en total armonía hasta que llegamos a la Plazoleta del CAM en donde un grupo pequeño, no más de 20 desadaptados, emprendieron su ataque contra el edificio de la Alcaldía, a pesar que toda la comunidad manifestante les gritaba que no lo hicieran.
Eran las 11 de la mañana cuando las personas que marcharon comenzaron a abandonar la marcha producto de los desmanes de estos pequeños grupos que lograron desestabilizar la seguridad.
Luego llegaron los ataques al MIO, a las corporaciones bancarias, la DIAN y ya para entonces el propósito de la protesta había tomado un sendero muy distinto al que se había planteado.
Mi bella Cali quedó cubierta de gases, disparos y gente corriendo de un lado a otro, confundidos ante la irresponsabilidad de unos cuantos que lograron el objetivo de manchar el objetivo de la protesta.
Fue una jornada muy asistida por la ciudadanía, fue una demostración de los caleños ante la iniciativa del gobierno de implantar una Reforma Tributaria que afecta a toda la sociedad, fue un éxito desde su asistencia y apoyo, pero como todas las protestas en el mundo, tuvo su afectación producto del comportamiento violento de algunos manifestantes.