¿Quién no conoce a alguien que haya caído en un hueco en medio de un andén o de una vía por la falta de las tapas? Esos accidentes producen accidentes graves en las extremidades inferiores pero lo sucedido en Barranquilla fue más allá: causó la muerte de una joven luego de irse a una alcantarilla destapada y a un polémico proceso de atención hospitalaria.
La víctima respondía al nombre de Luisa Fernanda Pacheco, de 18 años, la cual cayó a una alcantarilla de varios metros de profundidad de donde logró ser rescatada por los bomberos que la llevaron a un hospital cercano donde fue sometida a cirugía, pero al salir de la misma, su salud empeoró y luego de avisarle a la familia que debían amputarle una pierna, el hospital les informó que había muerto.
Al drama de la muerte de la joven, la familia se enfrenta con la cuenta de cobro del hospital, según Belkis Montaña, familiar de Luisa. El centro médico les facturó 18 millones de pesos argumentando que la EPS de la fallecida no había aprobado los procedimientos médicos que se le aplicaron.
El robo de tapas de registro y de alcantarillas es un mal que se sufre en todo el país. Las mismas son robadas y comercializadas en chatarrerías. Lo extraño es que, siendo un delito tan frecuente, las autoridades no reportan acciones que lo eviten o por lo menos lo reduzcan pues cada tapa está marcada y es fácilmente identificable.