Los demócratas en el Congreso de EE.UU. tienen lista una acusación formal contra el presidente Donald Trump por el violento asalto al Capitolio el pasado 6 de Enero. Pero no son pocas las voces que dudan de su conveniencia, tanto por poder torpedear la reconciliación que busca Biden como por radicalizar aún más a los seguidores del actual presidente justo al final de su mandato.
Esta sería la primera vez en la historia que un mismo presidente se somete a un segundo proceso de impeachment o juicio político. Los demócratas han decidido poner en marcha el proceso de impeachment o juicio político para la destitución del presidente, Donald Trump, si el vicepresidente, Mike Pence, no accede a deponer al mandatario a raíz del asalto al Congreso azuzado por el republicano.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció ayer por carta a los legisladores que hoy lunes se presentaría un resolución en esta línea ya que Trump, dijo, es «un peligro aún activo» y, por tanto, «no puede seguir en la Casa Blanca» hasta el 20 de enero, fecha de toma de posesión para Biden. El vicepresidente Mike Pence tendrá un plazo de 24 horas para invocar la enmienda 25 de la Constitución para retirar al mandatario del cargo declarándolo incapacitado.
A partir de ahí, Pelosi no ha especificado cuándo se votará la activación del proceso, aunque varios legisladores han avanzado que podría ser a mediados de semana. La cuestión es cuándo se da el siguiente paso, su traslado al Senado, que es donde se celebra el juicio propiamente dicho. En principio el envío no sería automático porque un proceso de este calibre tiene prioridad sobre todo lo demás y podría paralizar buena parte de la agenda de Biden en terrenos como la crisis sanitaria. El propio Biden ha manifestado poco entusiasmo sobre el proceso, prueba de lo delicado del asunto para un presidente electo que ha prometido fraguar la reconciliación de Estados Unidos con la posibilidad de que este proceso radicalice aún más a los seguidores de Trump convirtiéndole en mártir del sistema al final de su mandato.
En un sondeo de la cadena ABC e Ipsos publicado este domingo, el 56% de los estadounidenses cree que Trump debería dejar la Casa Blanca antes del 20 de enero, cuando toma posesión Biden, y un 67% culpa al aún presidente de las revueltas, que han dejado de momento cinco muertos. Pero quizás el dato más significativo es que hasta un 61% de los republicanos de esta encuesta cree que el aún presidente no hizo nada malo.
Director: Habib Merheg Marún