Antanas Mockus, exalcalde de Bogotá y fundador del Partido Verde, renunció al mismo en medio del escándalo de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), en el que dos de sus miembros resultaron implicados sin que la justicia haya determinado su culpabilidad: Iván Name, presidente del senado y Sandra Ortiz, consejera presidencial para las regiones.
Mockus se mantiene alejado de la vida pública, su estado de salud no es el mejor y no tiene aspiraciones políticas.
En cambio, Claudia López, exalcaldesa de Bogotá que renunció inmediatamente después de saberse la decisión de Mockus, sí que las tiene: pretende ser presidente de Colombia en las próximas elecciones.
Ahí está la diferencia: en los intereses electorales. Claudia renuncia al Verde para aprovechar las circunstancias e irse de frente contra el gobierno de Gustavo Petro. Ella cree que mientras más mal hable de Petro, mejor le va y no está dispuesta a hacerse a la sombra de ese árbol cuya imagen positiva, según las encuestas, es peor cada día.
En las entrevistas que ha concedido en las últimas horas, López culpa de todo a Petro. De todo lo malo, obviamente.
Empezó la campaña presidencial y nada indica que será diferente a las anteriores.